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Bodas

Pensamientos que no debes de tener antes de la boda

Seamos honestas, muchas veces hacemos tormentas en vasos de agua por ideas infundadas; así que, por nada del mundo dejes que estos pensamientos pasen por tu mente y mucho menos que te quiten el sueño.

Rosstudio

Entre los nervios y la emoción que implican la elección del vestido de novia y las pruebas de maquillaje y peinado de novia junto con todos los preparativos de la boda, es comprensible que no puedas pegar el ojo y tal vez no sólo una noche porque miles de preocupaciones pasan por tu mente. Lo más importante es que disfrutes tu gran día, que no estés preocupada por si los centros de mesa para boda se maltratan, que estés feliz y luzcas radiante de pies a cabeza y, como las ojeras no ayudan mucho que digamos, libérate de estas ideas a la de… ¡ya!

“¿Y si algo sale mal?”

Pues ni modo y a darle vuelta a la hoja porque nada puede arruinarte el día de tus sueños, incluso si las flores para boda no lucen como las tenías en mente. Del dicho al hecho hay un gran trecho y ante todo siempre podemos recurrir al arte de la improvisación, en donde una actitud segura y positiva te ayudarán a transformar cualquier imprevisto en una divertida anécdota.

“¿Cuándo tengo que empezar a preparar todo?”

Mañana no es un buen día, hoy sí. La procrastinación es un mal hábito que genera demasiado estrés y hace que la lista de pendientes crezca sin parar. Una agenda te ayudará a planear todo con tiempo y cuanto antes empieces mejor, así evitarás que tus actividades cotidianas interfieran con los preparativos.

“¿Qué más hago para que sea una súper fiesta?”

¡Sé tú misma! Hay un sinfín de ideas para tener una boda muy original, pero de nada servirán si los novios no plasman su huella en la boda. No es necesario montar un circo, recuerda que el éxito está en los detalles como los muñecos del pastel de bodas o bien los recuerdos de bodas orginales.  

“¿Y si mi boda no es igual a la de fulanita?"

Claro que no será igual. A lo mejor fulanita tuvo la fiesta del siglo y todos quedaron maravillados ¡Felicidades! Tú eres sultanita y a tu forma tendrás la boda de tus sueños.

“Si los colores que escogí no están de moda ¿los tengo que cambiar?”

¡No! Si quieres adoptar los colores de la temporada, adelante; combinarlos con tus favoritos, excelente; si deseas una boda en blanco y negro, monocromática ¡perfecto! porque eso es lo que quieres.

“¿Y si me peino y maquillo solita para no gastar?”

Si eres máster en eso del maquillaje y los peinados recogidos, está bien; sin embargo, este es uno de los aspectos en los que no conviene escatimar ni arriesgarle.

“El presupuesto no me alcanza para nada ¿cancelo la boda?”

¡No! El secreto es adecuar la idea al presente y a lo que tienes porque para la creatividad no hay imposibles.

“¿Y si mi vestido no le gusta a nadie?”

¡Híjole! Con la pena, si tú te sientes hermosa y feliz con él, lo que piensen los demás sale sobrando, no importa si escoges un vestido de novia corte princesa, de encaje o sirena, lo importante es cómo te sientes con él puesto. 

“¿Aguantaré toda la noche los tacones?”

¡No! Y no se trata de un reto, simplemente es cuestión de que te sientas lo más cómoda posible para disfrutar al máximo sin necesidad de torturarte.

“¿Y si nadie llega a mi boda?”

Si llegan pocos invitados o ninguno, ni te angusties; quien quiera asistir es bienvenido y quien no pueda, lástima margaritos se lo perdieron. Realiza una confirmación de asistencia con tiempo para que tengas un numero de invitados más cercano a la realidad y te evites gastos innecesarios. 

Ninguno de los pensamientos anteriores te ayudarán a disfrutar la organización de tu boda. Mejor concétrate en los pensamientos para las invitaciones de boda y en elegir el ramo de novia que vaya más con tu personalidad, sin olvidar que lo más importante de tu boda es que te unirás a la persona que amas.