Desde México hasta París: la boda de Miguel y Yel

El viejo continente es el favorito de muchas parejas para las propuestas de matrimonio y esta vez no fue la excepción. Tras un noviazgo de tres años y un año y medio de vivir juntos, el anillo de compromiso viajó de la Ciudad de México hacia París. Miguel decidió entregarla mientras estaban en un restaurante en Montmartre. Con sorpresa, la novia aceptó y ambos festejaron su compromiso con apetitosos platillos parisinos.

Una boda al aire libre con toques hogareños

La cálida boda de estos dos viajeros se llevó a cabo en un lugar muy especial. El amor hogareño envolvió la boda de Yel y Miguel, la cual fue celebrada en el jardín de la casa de los padres del novio.

La boda se dejó envolver por la naturaleza y los colores vivos y tenues pintaron la mantelería que acompañó un banquete delicioso que fue respaldado por diferentes bebidas.

Los árboles crearon sombras y el verdoso pasto aportó color a la decoración. Sin duda, la vegetación fue un ornamento sencillo, pero distinguido en la boda. Mientras tanto, las flores coloridas adornaban pequeñas canastas de madera que se ubican al centro de las mesas.

La indispensable iluminación dio un toque romántico a la noche, pues las series de focos comenzaron a brillar en cuanto el sol se ocultó. El libro de firmas no faltó y fue presentado de forma divertida con fotos instantáneas que después serian firmadas por los invitados ¡Un libro tan creativo como los novios! Otras piezas decorativas evocaron el estilo vintage, que nuevamente fue ratificado en el estilismo de los novios.

El vestuario de los novios les permitió disfrutar la gran noche

Yel portó un vestido de novia corte imperio con caída libre, con un cuerpo confeccionado con encajes en su escote ilusión y telas ligeras en la falda. Su cabello se entrelazó para formar un peinado recogido que fue embellecido con un tocado. La sencillez de este se desplazó hacia los accesorios que añadió la novia; entre las joyas que portó destacó su anillo de compromiso, que poco después tendría la compañía de una bella alianza nupcial.

Miguel vistió un traje de dos piezas con tirantes, corbata de moño y camisa blanca. Añadió una boina durante la ceremonia civil, de la cual se despojó para disfrutar de la sesión fotográfica que tuvo junto a su esposa, amigos y familiares.

Cada instante recibió la atenta mirada de Uran Fotografía y Video, quién también capturó la ceremonia, el festín y una de las fotos más simpáticas de la boda: los novios junto a su perrito.

¡La boda fue totalmente un éxito! Aunque una de las invitadas cayó a la piscina y la música no fue la que previamente se había seleccionado, los novios y asistentes disfrutaron de principio a fin la boda.

¿Luna de miel? La auténtica pareja nos compartió que siempre que tienen la oportunidad de viajar lo hacen, por lo tanto, las lunas de miel y las aventuras continuarán… ¡Ahora como esposos!