Si se habla de una boda destino, con rumor del oleaje como banda sonora y la arena perlada cual pista de baile, todas las parejas saben que se trata de una celebración en la incomparable Cancún. Tanto por su conexión directa al mar Caribe, como por la laguna Nichupté que abarca gran parte del territorio, tendrán asegurada una velada con un fondo turquesa marino.
La zona hotelera, entre la laguna y el océano, es la ubicación privilegiada donde hallarán docenas de recintos con alojamiento, listos para abrirles las puertas al día más esperado de sus vidas. A sus pies, las playas Delfines, Marlín, Langosta o Tortuga se fundirán con el agua para crear un escenario de ensueño. Al norte, más allá de Puerto Juárez, las envidiables vistas de Isla Mujeres podrán ser un decorado más para embellecer su fiesta.
La intimidad también es un elemento importante para disfrutar del acontecimiento sin preocupaciones, por ello pueden desplazarse al sur, donde camino a Puerto Morelos encontrarán coquetos hoteles que aprovechan al máximo su localización. Así se alejan del bullicio céntrico y se dejan seducir por la paz que inunda toda la costa cancunense.
Gracias a su fama, es posible llegar a la ciudad desde prácticamente cualquier rincón del país, pues cuenta con el Aeropuerto Internacional de Cancún, desde donde podrán desplazarse cómodamente hasta el hotel elegido. No cabe duda de que es la elección perfecta para los novios que sueñan con una boda en la playa.