Oscocina ofrece un servicio de primera calidad, desde la comida deliciosa, hasta la decoración de las mesas que quedó espectacular, siempre al tanto de tus necesidades y prácticamente te pone todo: banquete, refrescos, mesas, sillas, manteles, centros de mesa, postres, pastel. No tienes que preocuparte de nada.

Se incumplieron muchos acuerdos de contrato. Es verdad que algunas personas pudieran catalogarme como clienta difícil, pero nunca he regateado por el costo de algo. Si tengo el dinero para adquirir el servicio o producto lo hago, si no, mejor busco otras opciones.

O. M., titular y dueño de Oscocina, se sabe vender muy bien, es una persona muy agradable de hecho. Sin embargo él es chef, no es un planeador de bodas, él es un una persona que cuenta con diversos servicios para ofrecerte en tu gran día, pero no es un planner wedding. Te limita a elegir los servicios con los que él cuenta, sin darse mucho a la tarea de cotizar con otras proveedurías para cumplir con su misión de realizar el sueño de tu gran día.

A mí se me cotizó un aro con flores de 3 m. y el día del evento se me montó uno con quizás 2 m. El servicio comenzó desde antes que mis invitados arribaran a la recepción y ni un vaso de agua pudieron servirles a su llegada porque no tenían. Prometió que me regalaría un pastel de bodas para 30 personas y ¿qué pasó? Era un pastel mini del que sólo salieron 8 rebanadas por mucho. Cabe mencionar que mi boda fue algo tan pequeño, tan íntimo... Acudieron al rededor de 50 personas adultas y no se daban a basto con las personas que él mismo había cotizado para el servicio, por tal, mi programación quedó totalmente fuera de tiempos, tanto que, ¡¡ni siquiera pude lanzar mi ramo!!

Me sugirió una pista de baile super pequeña dónde sólo cabía yo con mi esposo, mi vestido de princesa y si acaso otra pareja más. Se me cotizó un muro (back de mesa de novios) con espejos, con bases de pewter para velas y más, no hubo espejos y menos bases de pewter... en cambio, hubo un muro con bases de madera y cilindros de cristal con velas dentro. Se veían algunas que ya habían sido utilizadas en otro evento y lo peor, no se percataron de que muchas de éstas no se encendieron cuando debieron.

Di una indicación para la repartición del vino del brindis y se hizo caso omiso a ésta. El florista que me envió para el arreglo del coche dejó mal montado mi arreglo floral y ¡¡éste se cayó cuando el coche aún estaba parado!! Por tal, no pude disfrutarlo o usarlo, fue una inversión tirada a la basura, literalmente. Me ofrecieron un menú personalizado, de acuerdo al diseño de mi invitación y eso jamás pasó. Era un papel sin diseño.

Mi boda de 60 personas y 14 niños se cotizó en cerca de $ 100,000 pesos y desafortunadamente no parecía una boda de esa inversión. Lo más rescatable de mi boda, fueron los alimentos por lo que le agradecí muchísimo.