La boda de Marlon y Erica en León, Guanajuato

La crónica de nuestra boda

La organización de nuestra boda fue bastante estresante para mí y en muchas ocasiones me arrepentí de estar haciéndolo, pues me causaba mucha ansiedad. Pero todo eso se desvaneció el día de nuestra boda. Estaba tan feliz que ni siquiera los pequeños inconvenientes me pusieron de mal humor ni me preocuparon. Todo se veía hermosisimo, mucho más de lo que imaginaba, tuve la fortuna de contratar una maravillosa florista, que hizo unos arreglos tan bellos y creativos, qué realmente capturaron nuestra esencia como pareja. Ningún proveedor nos quedó mal, todos asistieron personalmente porque estaban emocionados por nuestro evento, y presiento que es porque conectamos bien con cada uno. Mi esposo y yo somos personas muy tímidas, pero dejamos todo eso a un lado y sacamos todo nuestro lado extrovertido para disfrutar al máximo nuestra recepción. Sin embargo, considero que toda la magia sucedió antes de la fiesta. El getting ready de ambos, las bendiciones de nuestros padres, el First look del vestido, todo fue tan especial que se sentía como si fuese parte de un cuento de hadas, yo me sentí como una princesa y mi esposo, como un príncipe. Incluso la lluvia se estaba deteniendo con todas sus fuerzas mientras teníamos nuestra ceremonia, para luego soltarse una vez que entramos al salón. Al final, en la última canción, mi esposo y yo nos abrazamos fuerte y bailamos juntos. Somos una pareja a larga distancia, estuvimos separados 6 años, él es de Brasil y yo de México; pero fue en ese abrazo, qué entendí que toda nuestra espera valió la pena y que en esa boda se juntaban todas nuestras semejanzas y diferencias, nuestros malos momentos y los mejores, pero sobre todo, nuestra voluntad de amarnos a través de cualquier dificultad y de compartir esa felicidad con quienes nos rodean. Definitivamente, el día más hermoso de nuestras vidas, jamás lo olvidaremos.