La boda de Mario y Silvia en Coatepec, Veracruz

Ese día decidí arreglarme yo, y ahora que veo las fotos, mi cabello fatal, pero fue emocionante.

Mis testigos: Mi hermana Eli y mi amiga Carolina. Sus Testigos: Su hermano Mosabi y su cuñada Estefania.

Fue la típica ceremonia corta dentro de la oficina del registro civil, pero nosotros estábamos emocionadísimos de que por fin nos estábamos casando.

Una vez casados, salimos a tomarnos fotos en el mural del Palacio Municipal y de ahí fuimos al parque, nos cominos una nieve todos y mis padres de improvisto decidieron invitarnos a todos a comer.

Ya en la noche, aprovechando la fecha, reunimos a toda la familia en casa de mis suegros, y ahí termino el festejo.

Boda Religiosa

Por fin era 3 de Enero, estábamos desveladísimos todos. La última visita al salón, la hizo Mario solo, yo tenía que estar ya con la maquillista, en casa de mis padres, todos locos, ultimando detalles de comida, el coche, el arreglo de mis damas, mi hermana Eli y mi prima casi hermana Laura, mi arreglo en fin, la misa sería a las 3:00 pm y aunque todos estaban atareados yo estaba super relajada, hasta la maquillista me dijo que era la primera novia que le tocada así de relax, pero bueno.

Se llegó la hora de partir a la Iglesia y ahí sí comenzaron mis nervios, estaba ansiosa por ver el arreglo de la iglesia (regalo y sorpresa de mis tíos y padrinos de velación) por ver a Mario ahí esperándome y por fin convertirme en su esposa.

Cuando llegamos, todos estaban esperando, algunos adentro y otros afuera, y cuando vi a Mario, la emoción no cabía en mí, nos vimos y no pudimos ni hablar, el padre ya estaba listo para comenzar, entramos y me ponía más nerviosa de camino al altar del brazo de mi padre.

La Misa estuvo hermosa, el coro espectacular y si la Iglesia llena totalmente, incluso había gente afuera de pie, eso me encantó, ver que todos querían ser testigos de nuestro casamiento.

Terminó la misa y resulta que nosotros no queríamos fotos, más que con nuestros padres, pero cuando nos dimos vuelta ya todos estaban más que listos para tomarse fotos con nosotros y pues ni modo, como una hora de fotos dentro de la iglesia.

Ofrecimos el Ramo de Flores que me regaló mi prima Laura a la Virgen de Guadalupe y salimos de la iglesia y afuera todos esperándonos, nos aplaudieron y pidieron el tradicional beso, aunque nos dimos más de uno.

De ahí a las fotos, en uno de esos hotelitos super coloniales de Coatepec, mientras los invitados llegaban a la recepción, me encantó el momento, pero oh no! resulta que la vía de llegada del lugar de las fotos al salón estaba en reparación, donde normalmente se hace uno 15 min tardamos 45 min, yo me desesperaba, tenía hambre, pensaba en si todo estaba saliendo bien allá y Mario pensando en que la mayor parte de su familia no estaría presente.

Cuando llegamos al salón y entramos. Todo pero todo el salón estaba lleno, toda la familia y los amigos llegaron, fue algo que nos alegró muchísimo y nos hizo disfrutar toda la fiesta.

Todos nos querían ir a felicitar y nos llenaron de regalos, es más ni tiempo tuvimos de comer.

Bailamos, nos tomamos fotos con amigos, todos nos decían que nos veíamos aparte de guapos, super felices, todo el mundo paso a bailar con nosotros. El pastel riquísimo (regalo de una de mis tías y su esposo) los arreglos florares (Gracias a mis primos) tal cual los quería, sencillos pero bonitos. Todos decían que la comida era deliciosa.

En la tradicional víbora de mar, les juro que sentía que moría, fue algo tan lleno de energía y emoción que estuve a punto de caer en dos ocasiones y gracias a que Mario tuvo quien lo sostuviera fuertísimo, fue que no cayo, ellas muy felices con sus velitos y ellos con sus mandiles. Todos participaron en todo, cuando avente el ramo, casi se matan por quitárselo y el liguero, regalo de mi super amiga Laura, que por cierto era hermoso, no fue la excepción.

Pasamos pidiendo la tradicional cooperación para la luna de miel y realmente nos sorprendió que nos regalaran tanto dinero, pues ya estábamos llenos de presentes, sin duda nos demostraron su afecto y alegría por nuestra boda de las mejores maneras, todos asistieron, se divirtieron, participaron y nos querían llenar de obsequios.

Terminamos cansadísimos pero super divertidos, emocionados y contentos de haber hecho ese sueño una realidad.

Ahora pienso en muchas cosas más que me hubiera gustado hacer pero aun así ese día fue mágico, un día lleno de alegrías y emociones y ame ver a mis padres y mis suegros tan felices y orgullosos de nuestra boda.

Nuestra Luna de Miel está pendiente, ya que por el trabajo de Mario, no se pudo, pero prometemos desquitar muy bien la espera, tenemos suficiente tiempo para planear algo inolvidable.