La boda de María y Roberto en Bucerias, Nayarit
Al aire libre Primavera Blanco
M&R
27 Mar, 2019La crónica de nuestra boda
Mi esposa es de Guadalajara y yo de Monterrey, nos conocimos en la Ciudad de México. Dado que sería difícil elegir entre una de las dos ciudades para casarnos, decidimos un punto neutral: en la playa. Estuvimos viendo las mejores opciones con la asesoría de una agencia de viajes y la que nos resultó más atractiva para nosotros y nuestros invitados fue el Hotel Royal Decameron Complex, Bucerías. Todo fue marchando sobre ruedas, nuestros invitados todo el tiempo se mantuvieron a la expectativa y cuando anunciamos la fecha y lugar, de inmediato iniciaron las reservaciones; inclusive hasta una semana antes del evento siguieron incluyéndose más recámaras.
Nosotros decidimos hacer un pequeño evento un día antes de la boda para agradecer a nuestros invitados el esfuerzo, tanto en tiempo como económico, para asistir a nuestra boda, además de comunicar los pormenores del evento como horarios, lugares y sobre todo "romper el hielo". Nosotros lo que buscábamos era algo bastante informal en un bar del hotel, tomar algunas bebidas, saludar, compartir los horarios y posteriormente que cada quién pudiera irse a seguir la fiesta a algún lado.
Seguir leyendo »Nos llevamos una gran sorpresa cuando nos dijeron que nuestro evento de cóctel no podría ser en un bar del hotel por la gran cantidad de invitados, sino que sería en un jardín especialmente adecuado para nuestros invitados con acceso exclusivo, incluirían bebida y una mesa de canapés. Todos estos detalles cada vez nos llenaban más de emoción y pues las ansias de ya estar en el hotel para tener nuestra cita con la Planeadora de Bodas y ver los mínimos detalles. Una semana antes enviamos por paquetería unas cajas que contenían regalos que les daríamos a nuestros invitados y que Yarina (la planeadora) nos hizo el favor de recibir y resguardar.
Llegó el día, viajamos a Puerto Vallarta y cuando llegamos al hotel a hacer check-in, nos entregaron en un sobre una reservación para una cena romántica con una notita de bienvenida por parte de Yarina. Fue una velada increíble. Llegamos al restaurante italiano y nos tenían preparada la mesa con velas, vino, manteles y un menú especial. La cena y el servicio riquísimos.
En la mañana siguiente tuvimos una reunión con Yarina para ver los detalles pendientes del coctel que sería ese mismo día en la noche y de la boda al día siguiente. Abrimos las cajas con los regalos que tenía resguardadas, contratamos el servicio de la ama de llaves para que en cada recámara dejara los regalitos de los invitados y nosotros no les dijimos para que fuera una sorpresa.
Segunda gran sorpresa. Haber conocido a Yarina fue la mayor tranquilidad que nosotros como pareja organizando la boda pudimos experimentar. Ella siempre con una sonrisa nos decía "no se preocupen", "esto yo lo arreglo", "esto otro yo lo consigo", "ahorita mando a alguien...", etcétera. Nos llevó a ver el área donde sería el coctel y la boda; nos mencionó cómo sería la distribución de cada evento y ahí nos dijo "ya es hora de que atiendan a sus invitados, nos vemos en la noche y a partir de ahorita yo me encargo de todo, bienvenidos, disfruten".
Llegamos al coctel y la mayoría de nuestros invitados ya estaban ahí. Yarina se encargó de montar una barra de bebidas, una barra de aperitivos deliciosos y un sonido ambiental. Todos nuestros invitados nos estuvieron felicitando por el pequeño evento y pues se cumplió el objetivo que fue compartir con nuestros invitados los pormenores del día siguiente y romper el hielo entre las dos familias. Después todos querían estar con nosotros, tan así que nos fuimos a un bar del hotel y literal lo llenamos, ahí ya había más música y el ambientazo ya estaba al máximo.
Llegó el día, ajustamos algunos pequeños detalles con Yarina y cuando ya iba a mi habitación pasé caminando por donde sería la ceremonia y por primera vez en toda mi vida sentí una emoción que me recorrió desde la cabeza hasta los pies. Nervios y emoción por todos lados. En cada lugar del hotel nos encontrábamos con alguien, todos listos para la boda. Tuvimos una sesión de fotos por separado; primero yo con mis amigos y familiares y después sería María con los suyos. Esto fue así porque la tradición exige que el novio no puede ver a la novia hasta el momento en que entre a la ceremonia.
Se llenó de gente el lugar, ya estaban absolutamente todos nuestros invitados ahí y cuando vi a mi novia caminar con sus papás hasta donde yo la estaba esperando me emocioné tanto al verla tan bella que no pude contener las lágrimas de emoción, y su papá lloró conmigo cuando me entregó su mano. La juez hizo una ceremonia tan bella como todo lo que rodeaba el lugar, se lució, hizo de una ceremonia sencilla un momento tan especial que lo recordaremos siempre.
Después de ahí nos fuimos al jardín donde sería la recepción (donde fue el cóctel una noche antes) y absolutamente toda la fiesta fue increíble. Nos habían montado un buffet mexicano, una barra de bebidas y había muchos meseros para cubrir a todos los invitados. Un primo al que queremos muchísimo nos hizo el regalo sorpresa de que cuando cayó la noche, de pronto inició un increíble espectáculo de fuegos pirotécnicos. Esta fiesta ha sido una de las mejores fiestas en las que he estado; la pista de baile jamás estuvo vacía y siempre hubo un excelente ambiente.
Todo terminó a las 22:30 horas y después de ahí nos fuimos al antro del hotel, ¿porqué no? Pues a seguir la fiesta. Volvimos a llenar el lugar. La gente que estaba ahí (no de nuestros invitados) nos felicitaban y bailaban con nosotros. La fiesta se terminó cerca de las 3:00 horas de la mañana y ahora si, por fin a descansar un poco y olvidarnos del estrés de la organización.
Nos recibieron en nuestra recámara con un par de toallas personalizadas, unas fresas con chocolate riquísimas y un vino espumoso, todo cortesía del hotel para los nuevos esposos. En la mañana un desayuno al cuarto riquísimo.
Todo estuvo increíble, honestamente superó las expectativas que teníamos y sobre todo que nuestros invitados también la pasaron muy bien. Tenemos un agradecimiento especial a Yarina y al fotógrafo Popo por hacer su trabajo de manera excepcional.
Gracias por leernos, saludos.
Roberto y María
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