La boda de Juan Raul y Lorena en Boca del Río, Veracruz

Y llegó el momento en que teníamos que salir a la iglesia. Condujo un sobrino mío, todo nervioso porque le tocaba llevar a la novia. La espera dentro del coche, a que llegaran el novio y los padrinos, se me hizo eterna pero aún y cuando podrían pasar mucho más cosas, yo estaba muy feliz. Caminar por el pasillo con mi papá del brazo y ver al final a mi esposo, fue motivo para llenarme los ojos de lágrimas, pero recordé ¡Estúpida, mi maquillaje! Como parte de la cadena de sorpresas que me preparó mi esposo, en la iglesia cantaba un coro de sopranos. Nuestros padrinos, que fueron familiares y amigos muy cercanos, hicieron que nuestra unión ante Dios fuera muy especial y se sintiera muy bendecida. Al terminar la ceremonia religiosa, ya los nervios se fueron y vino el hambre. En el día no tienes tiempo de comer, y menos cuando eliges una ceremonia en la mitad de la tarde.

De la iglesia, en conjunto con nuestro conductor asignado (cómplice) y el súper fotógrafo, nos fuimos a La Parroquia (Restaurante y cafetería muy tradicional en Veracruz, Veracruz) más cercana en la zona de Boca del Río. La gente se nos quedaba viendo, y pues como no, una novia y un novio tragones vestidos de etiqueta, yendo a tomarse un café lechero no es algo que se vea todos los días. Es más, nos dijeron que era la primera vez que una pareja de novios se presentaba a La Parroquia.

Ya sin hambre, regresamos al hotel. Ya estaba todo listo para celebrar. Para amenizar el momento de llegada, elegimos unos muy creativos Jaraneros y unos muy adecuados tragos coquetos (y cervezas para el calor). Después, el tiempo de decir gracias, hemos llegado hasta aquí por ustedes y gracias a ustedes. Nuestras canciones, porque no fue una sino 3, fueron muy emotivas: "All you need is love" de los Beatles en una versión más moderna, "Close your eyes" de Michael Buble y "Can't help falling in love with you", en una muy linda versión de Andrea Bocceli. Y al final, otra sorpresa ¿por qué no? Me cumplieron y mi esposo me bajó las estrellas, ¡fuegos pirotécnicos en la playa de Boca del Río!

El brindis, la comida (del chef del mismo hotel) y los postres (Dulces Sueños de Veracruz) estuvieron deliciosos. La comida, la mejor que he probado en bodas. Y que comience la fiesta. Elegimos DJ con toda la animación que nos pudieron poner, toda la música que pudimos elegir y nos hizo bailar toda la noche. Para abatir el calor, compramos bolis de los tradicionales Toritos Veracruzanos y era muy chistoso que bailábamos y traíamos los bolis como niños. Creo que así podría describir nuestra boda, ¡llena de sorpresas, de amor y mucha diversión!

Y pues todo lo que inicia, termina. Nuestra boda terminó con tremenda lluvia, en un jardín, a la orilla de la playa y no podíamos pedir más, ya que fue todo lo que quisimos. Yo podría decir que la lluvia fue como la bendición de Dios, o el bautizo de nuestra nueva familia, pero todo se agradece.

Tomando en cuenta todo el trabajo y estrés que nos llevó organizar nuestra boda, ¿me volvería a casar? Definitivamente sí.