La boda de Jorge y Candy en Monterrey, Nuevo León
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J&C
29 Abr, 2017La crónica de nuestra boda
Nuestra boda fue el 29 de abril de 2017. Sin embargo, todo comenzó desde un día antes. El viernes 28 de abril inició mi día despertando en casa de mi mami (lo cual fue raro, ya que tengo 1 año viviendo con mi ahora esposo). Tenía la cita de maquillaje a las 8:30 am, ya que este día sería nuestra boda civil, así que me apresuré a bañarme y desayunar. Salí corriendo al estudio de mi maquillista. Me comenzó a maquillar y salí de ahí ¡a las 10:40 am! Mi boda civil era a las 12:00 pm, así que salí corriendo. Llegué a casa de mi mamá, mi hermana me ayudó a vestirme rápido y salimos volando (cabe aclarar que el salón está a 40 minutos de casa de mi mami). Ya estábamos muy cerca del salón, pero había demasiado tráfico, ya era muy tarde, casi las 12, y mi esposo comenzó a presionarme que dónde venía, si me faltaba mucho, que ya había llegado la juez, y que solo nos daban 15 minutos de tolerancia. Comencé a estresarme mucho. Llegamos al estacionamiento, salí corriendo, subimos el elevador, caminé rápidamente por los pasillos y las escaleras y vi muchísima gente, pero justo enfrente de mi camino estaba él volteado hacia la ventana y les prometo que fue como de película: él giró, me vio, me sonrió y yo corrí a sus brazos a besarlo y le decía: “perdóname, no quería hacerte esperar”. Solo me abrazó y me dijo: “pensé que ya te había arrepentido”. Siguió la ceremonia, la juez hablo super bonito, dijo unas palabras increíbles, hasta me hizo llorar. Firmamos y luego el brindis, y ya saben, las de fotos. De ahí nos fuimos a comer a un buffet aquí en Monterrey, terminamos y corrimos al departamento a recoger maletas, que ese día nos quedaríamos en hotel con nuestras mamis, para que al día siguiente ahí nos arreglaran y fuera el encuentro.
Seguir leyendo »Llegamos al hotel, hicimos el check in y yo me fui con mi mami y mi hermana, Jorge solo fue a dejar sus maletas al cuarto y se fue con su mamá a recibir familia que llegaba de fuera. Nosotros en cambio, nos pusimos el traje de baño y corrimos a la alberca, a relajarnos y descansar. Regresamos al cuarto a bañarnos, ver televisión y prepararnos para dormir. Jorge llego al cuarto antes de irse a dormir y aproveché para darle su reloj de compromiso, se emocionó mucho, le encantó. Nos despedimos, se fue a dormir y nosotros también.
Eran justamente las 4:30 am de la mañana del sábado 29 de abril, cuando la alarma de mi celular suena. Abro mis ojitos y repentinamente sentí que se me retorcieron las tripas y dije: “¡Dios mío, ya se llegó el día!”. Tallé mis ojitos y me levanté rápido a meterme a bañar. A las 5:00 am ya me estaba marcando mi maquillista que ya estaba en la recepción, desperté a mi hermana y mi mami y bajé por ellas. Subieron y prepararon todo para empezar a arreglarme, mientras que mi mami y mi hermana se metían a bañar. Yo estaba feliz, platicando y riendo, las chicas que me arreglaron me dicen: “es la primera vez que nos toca ver una novia tan tranquila y relajada”. Para las 6 am ya estaba casi lista, así que me fui a desayunar con mi mami mientras arreglaban a mi hermana y empezaban con mi suegra. Me habló mi hermana para decirme que bajara para que me terminarán de arreglar, bajé rapidísimo al cuarto y terminaron con los últimos detalles. En eso me habla el fotógrafo que ya habían llegado y le hablo a Jorge para que baje por ellos. Entonces empezaron con las fotos de Jorge, y yo cada vez me ponía más nerviosa porque el tiempo se estaba pasando de rápido. Terminaron de arreglar a mami y en eso llegan los fotógrafos para grabarme diciéndole unas palabras en ese momento a mi futuro esposo. Pues no aguanté y me solté llorando, y cuando me di cuenta ya tenía a las maquillistas, a mami, a mi hermana y a los fotógrafos llorando también, me dijeron: “gracias por hacernos creer en el amor nuevamente”. Después comenzaron las tomas con nosotros, una mini sesión de fotos, y empezaron a preparar todo para el encuentro. Empezaron a grabar a Jorge y su mami y después me hicieron la indicación de que saliera, caminé hacia el que estaba dándome la espalda, pase mis brazos por su cintura y le dije al oído: “¡se llegó el día!”. En eso voltea, se me queda viendo y se suelta a llorar y yo junto con él, solo podía decirme: “wow”, y abrazarme y yo a él. De igual forma que antes, teníamos a todos llorando. Después corrimos porque teníamos la sesión de fotos y, como la boda era de día, teníamos los tiempos muy justos para hacer la sesión y llegar a misa a tiempo. Salimos del hotel y llegamos rápido a la locación. Ya estaban ahí los fotógrafos, y empezaron las fotitos, fuimos lo más naturales, nos encanta ser espontáneos y queríamos plasmar en eso en nuestras fotos, creo que sí lo logramos, ustedes nos dicen. Quily, nuestra fotógrafa, puso alarma para cuando tendríamos que salir corriendo a la iglesia, y ¿adivinen qué?, estábamos tomando aún fotos cuando suena la alarma y salimos corriendo, como novios en fuga.
Después llegamos a la iglesia, justo a tiempo, el padre aún no llegaba y yo en el carro, muriendo de calor y viendo como llegaban los invitados, todos tan guapos. En eso le digo a mi querido, ahora esposo, que mis pies estaba muy inflamados y que no aguantaría los tacones en la misa, que me los quería cambiar. En eso se acerca mi cuñada y le digo: “ayúdame”, y me ayudo a ponerme mis Converse, así que lo planeado de entrar con tacones pasó a último termino, quería estar cómoda, y terminé en tenis. El padre no llegaba y yo moría de nervios, la misa comenzaba 11:30 am y él no llegaba. Llegó a las 11:50 am y mi hermosa coordinadora se apuró en preparar el cortejo y creo que se olvidaban de mí, que seguía en el coche, así que me bajé sola del carro y ya mi papi me ve y corre a ayudarme. Entramos super rápido a la iglesia y comenzó la celebración, el padre puso algunas reglas, como que no quería ver celulares y que estuvieran hablando, que esperaba que disfrutarán de ese momento tan especial para nosotros. La verdad es que fue una celebración super bonita, especial, diferente, el padre nos hizo llorar varias veces y también reír, no nos equivocamos al elegirlo, el mejor. También pasé por varios momentos donde los nervios me traicionaron, primero le coloqué el anillo a Jorge en el dedo equivocado, luego se me salió una mala palabrilla cuando el padre nos echaba agua bendita en las manos, hasta hice reír al padre y a Jorge, los únicos que se dieron cuenta. Después salimos corriendo porque ya era muy tarde, y había misa después de nosotros y teníamos que estar en el salón, así que volamos.
En el camino íbamos riéndonos de todo lo que pasó, abrazándonos y dándonos besos, el chofer nos dijo: “son los primeros novios que veo tan tranquilos y felices, siempre vienen pegados a los celulares”, y en ese momento dije: “es verdad, ni hemos agarrado el celular desde el momento del encuentro”. Todo era un sueño maravilloso. Llegamos al salón y desde que salimos del elevador me quedé con la boca abierta con el arreglo, era justo como lo soñaba, y mucho más, todo increíble. Pasamos por la alfombra roja y los dos felices. Después esperamos que empezarán a llegar los invitados, y algunos aprovechando tomarse fotos con nosotros. Ya era casi la 1:00 pm cuando Norita, la coordinadora, nos dice que va a recorrer un poco los horarios, pero hay que apurarnos porque se nos iba a hacer muy tarde. Cuando ya había más o menos de invitados, hicimos la entrada triunfal, y muy a nuestra forma y personalidad, entramos bailando, saltando y felices los dos. Comenzó el vals, que también fue algo diferente, creo que a todo le pusimos nuestro toqué, muy nuestro estilo. Después de ahí se sirvió la comida y yo veía el salón y aún estaba muy solo, pero decidí no estresarme por eso y disfrutar la comida, todo super rico. A la hora del postre pusieron un video de nuestras vidas, moríamos de risa de todas las anécdotas que contaron nuestras mamis y nuestros hermanos, y luego con nuestra historia de amor. Todos estaban riendo disfrutando del video y al final, como costumbre, terminé llorando con un video que grabo mi mejor amiga, la cual no pudo asistir a mi boda. Siguieron las fotos, video del pastel, el brindis y después de eso comenzó el baile. Ya veía cómo iba llegando gente y se empezaba a llenar el salón, y como los invitados se paraban a bailar y se llenaba la pista, nosotros tampoco paramos, bailamos, saltamos, cantamos, disfrutamos al máximo cada momento. Me cansaba y nos sentábamos, los invitados aprovechaban para tomarse fotos, en algunas ocasiones fuimos a las mesas a tomarnos fotos, luego le seguíamos en la pista de baile. Bailamos hasta que los pies ya no respondían, no nos separábamos el uno del otro, siempre tomados de la mano, a donde iba él, iba yo y viceversa, excepto al baño. Disfrutamos cada momento y todo estaba maravilloso. Mi querida coordinadora tenía todo en orden, la verdad fue de gran ayuda tenerla, un apoyo super valioso, nosotros no nos preocupamos por nada, más que por saludar invitados, bailar y disfrutar la fiesta.
Llegó el momento en que la fiesta tenía que llegar a su fin, los invitados al despedirse nos decían que hermosa boda, que todo nos salió perfecto, que la atención del salón, los meseros, todo muy organizado. Solo tuvimos comentarios positivos y maravillosos. Y se empezaron a ir. Nos quedamos solos Jorge y yo, salimos y pues, ni modo, a pedir Uber, porque no teníamos el coche y ya todos habían corrido. A penas lo estaba pidiendo cuando salieron uno tíos de Jorge y se ofrecieron a llevarnos, y así fue como terminó nuestro gran día.
Fue un día maravilloso, qué les digo ¿se pasó rápido? Sí, sí se pasó rápido, pero lo disfrutamos tanto, cada momento, desde que despertamos que no me siento como si hubiera sido fugaz, cada momento tuvo algo especial y hermoso. En todo el proceso de planear la boda, le decía a mi esposo que quería que plasmáramos nuestro amor ese día, y así fue. Todos sintieron ese amor, se divirtieron con nosotros, vieron nuestra felicidad, disfrutaron cada momento al igual que nosotros y apreciaron todo el día que preparamos para ellos. Recibimos comentarios hermosos, como que éramos una pareja bellísima, llena de amor y que sabían que tendríamos un matrimonio increíble.
Ironía, no tenía ni una sola foto de ese día en mi celular, y nadie me pasó fotos de ese día, mis amigas me decían ni tiempo tuvieron de tomar fotos, mi hermana me dijo que ni del celular se había acordado, y obvio que moría por una foto de ese día, pero esos comentarios me hicieron darme cuenta que disfrutaron tanto ese día que el celular no fue importante. Bien dicen que de los mejores momentos no hay fotos, y tuve que esperar casi un mes para ver fotos de nuestro gran día.
Les puedo decir, chicas, que dejen que todo fluya, ese día disfrútenlo con su amor, dejen que las cosas se den solas, sean felices, no estén pegadas al celular, demuestren y plasmen su amor en todo lo que hagan.
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