La boda de Jasel y Topacio en Iztapalapa, Ciudad de México
De noche Verano Vino 1 profesionales
J&T
18 Jun, 2022La crónica de nuestra boda
Debido a nuestros trabajos tan exigentes, nos dimos un plazo de un año para preparar nuestra boda, ya que sólo podríamos atender la organización tres fines de semana al mes a lo mucho. Decidimos la fecha en junio, ya que para nosotros, al ser temporada de lluvias simboliza la fertilidad y la siembra, para después "tener buenas cosechas en nuestra relación". Del mismo modo, en un inicio queríamos un jardín, sin embargo, por el clima, nos decidimos en un salón cerrado. Desgraciadamente el día exacto que queríamos ya no estaba disponible, por lo que tuvimos que recorrernos una semana.
Planteamos una lista de invitados muy íntima, familiares cercanos, mejores amigos de toda la vida y uno que otro amigo del trabajo a quienes realmente podríamos considerar amigos fuera del ámbito laboral (nada de invitar a la tía abuela que no conocemos, a la amiga de la universidad que tiene años que no hablamos o al compañero de trabajo que vemos todos los días pero no pasa de un saludo). La lista fue de 100 invitados, aunque, el día del evento sólo fueron 80.
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Una vez planteada la fecha, el reto fue pensar en el lugar. Nos hubiera encantado una finca en algún estado, sin embargo, pensamos mucho en nuestros invitados. Muchas por cuestiones de trabajo o escuela se les dificultaría asistir, ya que no es lo mismo, terminar los deberes y estar a una hora de distancia, que tomar carretera y quién sabe a qué hora realmente se llegue. Además de que algunos no contaban con vehículo propio o estaban recién saliendo de una situación económica difícil derivado de la pandemia; lo que generaría un gasto extra por concepto de hospedaje y traslado. Por último, pensamos en que lo mejor sería prevenir cualquier eventualidad, ya que si algo se llegaba a olvidar y estábamos fuera de la ciudad, iba a ser un caso perdido, en cambio, en un lugar cercano había posibilidad de que alguien corriera a traer lo que hacía falta (lo que fue de gran ayuda ya que Topacio olvidó en casa su anillo de compromiso, pero no pasó a mayores).
Así que decidimos hacer todo el evento en la ciudad, donde ya conocíamos los lugares, los tiempos entre un lugar y otro, y las rutas principales y secundarías por si ocurría algún percance; con la intención de dar todas las facilidades de que nuestros seres queridos realmente estuvieran con nosotros ese día y evitar cualquier contratiempo para nosotros. Nosotros ya vivíamos juntos desde meses previos al compromiso, por lo que decidimos que tanto la iglesia como el salón debían estar cerca de nuestro domicilio, para tener todo a la mano y sobre todo, para que al finalizar pudiéramos regresar pronto a descansar, lo cual agradecimos mucho esa decisión una vez que concluyó todo.
Jasel es un poco más impuntual, por lo que preferimos que él se arreglara en nuestro domicilio que estaba a 5 minutos de la iglesia y Topacio, un poco más lejos, en casa de su mamá. Así que un día previo a la boda, Topacio regresó temprano del trabajo para preparar su maleta y llevar todas las cosas a casa de su mamá, donde se quedó a dormir para el día siguiente, esperar al maquillista y fotógrafos desde temprano.
Fijado lo anterior, establecimos un presupuesto inicial y comenzamos la búsqueda del salón de fiestas, visitamos bastantes pero por fin encontramos el ideal, cercano, visualmente nos agradó, con casi todos los servicios y sin que se excediera demasiado de nuestro presupuesto, ya que al tener casi todo incluido, nos iba a ahorrar mucho tiempo en buscar las cosas por separado, además de que su administración y organización fue excelente y de gran ayuda para tratar de que todo fuera perfecto. El servicio se contrató por 7 horas, que se me fueron súper rápido.
Tenía muchos adornos con plantas, lo que le daba un aire de "jardín" que en un inicio buscábamos, el techo estaba adornado con tela y candelabros le daban un toque muy elegante, las instalaciones grandes y modernas, con buena iluminación, pantallas y sonido, además de que un escenario para los músicos en el segundo piso que se veía increíble. Para nosotros se instaló un escenario elevado, con letras iluminadas de "LOV<3", que me encantó. Además de incluir la mantelería, de color que deseábamos, copas de cristal, menú impreso en cada mesa, mesas numeradas y los centros de mesa con arreglos florales naturales.
El servicio incluía canapés y coctelería desde la recepción, menú de 3 tiempos, mesa de dulces y tornafiesta, por lo que los invitados y nosotros siempre tuvimos mucho alimento. Respecto de las bebidas, nuestros conocidos suelen tomar bastante, así que decidimos comprar cerca de 3 botellas por mesa, con bastante variedad, sin embargo, al final el consumo fue con moderación, nos sobraron un poco más de 10 botellas, aún así mejor que sobre a que falte.
El salón nos dio la opción de llevarlas un día antes, todas firmadas, así al final nos entregaron las mismas botellas, ya sea abiertas, llenas o vacías, para que nosotros tuviéramos la confianza de que no nos cambiaron botellas llenas por vacías o se las robaban, como nos dijeron que llegaba a pasar en otros salones; también otra ventaja es que el salón instaló "islas para las bebidas" entre las mesas, de esta forma los meseros iban a servir ahí, ofreciendo a los invitados toda la variedad de bebidas que teníamos y no sólo las 3 botellas que les hubiera correspondido.
Finalmente, compramos antifaces plateados, para que en la recepción del salón se le fueran entregando a los invitados, por lo que nuestra recepción fue un poco vampiresca al estilo de carnaval veneciano. En cuanto a la iglesia católica, preparamos los papeles desde antes, buscamos la que nos brindara la menor cantidad de requerimientos posibles y fuera bonita. Nuevamente el tiempo jugó un papel importante, ya que tuvimos el suficiente para hacernos de todos los papeles y registros necesarios, ya que tuvimos varias complicaciones al respecto. A la salida, mi mamá repartió unas varitas que en la punta tenían listones y cascabeles, recibiéndonos con esos y pétalos de rosas.
Nuestro estilo fue un poco "gótico", por lo que el traje de Jasel fue estilo renacentista, en cambio el mío, no podía ser vestido negro, ya que varias iglesias católicas no te dejan ingresar si vas vestida así a tu boda, inclusive, respetando la solemnidad del sacramento, la boda no puede ser oficiada fuera de la iglesia, por lo que si bien, el vestido de Topacio fue blanco, lo arregló con un encaje negro al contorno de la falda y guantes negros para darle un pequeño toque, además de escoger el estilo imperial para el velo, que combinó bastante bien con el traje de Jasel. Visitamos varias tiendas, varios estilos, nos hicimos muchas pruebas de vestimenta, pero escogimos el que más nos gustó e hizo sentir cómodos.
Por nuestros gustos contratamos una banda de rock, sin embargo, para evitar algunos de nuestros invitados se aburrieran, intercalamos la música para bailar con el DJ y contratamos animadores quienes hicieron un par de juegos con los invitados para distraerlos un poco de lo usual. Finalmente, ya que algunos de nuestros invitados eran niños grandes y adolescentes, contratamos juegos gigantes, como un Jenga y una lotería gigantes con lo que también ellos estuvieron entretenidos.
Tratamos de llevar un organigrama de todo, nos ayudó mucho la app de Bodas, respecto de los pasos a seguir, la lista de invitados, nuestra página web, así pudimos hacer una distribución de invitados en las mesas de mejor manera, la cual entregamos al salón para que fuera la recepción más eficiente. Hicimos un cronograma de todo el evento, el cual tratamos de llevar lo más preciso posible, obviamente hubo contratiempos, pero la organizadora de eventos del salón nos apoyó mucho en irnos diciendo la hora y según el programa qué seguía, para así determinar si alargábamos o adelantábamos algo.
Respetamos todas las tradiciones, la Víbora de la Mar, aventar el ramo y la liga, la Marcha Fúnebre, todo fue muy divertido. Me encantó. También hubo un momento en que pasamos de mesa en mesa a agradecer a los invitados y repartimos los recuerdos, nos acompañaron las damas de honor, los invitados al ver que ellas traían seguros y la zapatilla, nos iban colocando billetes en el velo y el saco. Aunque en un inicio nos daba mucha pena pensar en hacerlo, el día de la boda fue todo muy natural.
Lo mismo pasó con los padrinos, no sabíamos como funcionaba eso y nos daba hasta cierta pena, pero nuestros seres queridos fueron quienes nos estuvieron animando y ofreciéndose a ayudar, lo que nos quitó un poco de presión, aunque nosotros asumimos la mayoría de los gastos, 1/4 de la ayuda de los padrinos nos quitó un poco de estrés. Un forma de agradecerles, fue al momento del brindis, pedimos que uno a uno los padrinos fueran pasando al centro de la pista, en donde les reconocimos su apoyo, les agradecimos y brindamos junto a ellos.
Ahorramos algo de dinero con las invitaciones, ya que fueron digitales y elaborada por nosotros, en la cuál señalamos que al vivir ya juntos, teníamos todo lo indispensable en casa, por lo que no habría mesa de regalos física, pero que si gustaban darnos un detalle, anexamos el link de la mesa de regalos digital, en la misma pudimos seleccionar si queríamos el regalo o el monto en efectivo, y si bien, fueron pocos los regalos recibidos así, lo cierto es que todo se vio mas reflejado en el dinero que nos pusieron los invitados en nuestras ropas, pues el mensaje fue ese, de que a nosotros nos sería de mayor ayuda el dinero que los regalos.
Puedo decir que el tiempo jugó un papel muy importante, nos dio oportunidad de buscar más alternativas, que se ajustaran más a nuestros gustos, presupuesto y necesidades, tal vez si hubiéramos estado más cortos de tiempo, hubiéramos escogido las cosas que estaban "más a la mano", llevando a elevar los precios o escoger cosas que definitivamente no nos gustaran. El apoyo, la comunicación y ayuda mutua también fue un factor importante, la boda es de los dos por lo que los dos debemos estar felices de lo que vaya a pasar y no sólo respecto de las expectativas de uno solo.
Al final, todo salió maravilloso, aún estamos en espera de que nos entreguen las fotos y vídeos de la boda, para poder hacer una pequeña postal digital para enviar a nuestros invitados por agradecerles haber compartido el momento. Y desgraciadamente por el trabajo no hemos podido hacer la luna de miel, pero bueno, apenas comenzamos, ya tendremos una vida para ir haciendo los siguientes planes.
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