La boda de Idelfonso y Carolina en Santiago, Nuevo León
Vintage Primavera Azul 4 profesionales
&C
18 Mar, 2016La crónica de nuestra boda
La siguiente es la historia del día más emocionante de nuestras vidas.
"Carolina: Hoy puedo asegurarte con estas letras que cuidaré ese amor y que estaré para ti siempre. Puedes tener la seguridad de que lucharé para que juntos; esposo y esposa logremos nuestros anhelos."
"Idelfonso: No conozco el amor si no lo veo en tus ojos, no veo un futuro si no es a tu lado. Buscaré siempre darte lo mejor de mí, cuidarte, ayudarte y ser tu compañera. En las alegrías reiré contigo y en las penas enjugaré tus lágrimas"
El 18 de marzo 2016 comenzó el día con pocas horas de sueño ya que una noche antes estábamos aún imprimiendo y cortando nuestras oraciones, sin embargo, no sentí el cansancio para nada, todo transcurrió normal, me bañé y la maquillista llegó justo a tiempo. Primero arreglaron a mamá y después se dispuso a arreglarme a mí, nunca pensé que el caos y los nervios comenzarían a hacer de las suyas dos horas antes de la boda cuando al llegar los fotógrafos yo aún no me ponía el vestido y mi mamá había olvidado como trenzar las cintillas. Entre ella y mi tía me pusieron el vestido, un hermoso vestido corte trompeta, de tul y encaje con cinto de flores de organza y cristales, escote corazón strapless, color champagne. En fin, ya enfundada en mi vestido, los fotógrafos se dispusieron a capturar un momento íntimo con mi mamá, en el que ella me ponía el velo, que por cierto fue regalo de mi madrina y confeccionado por mi propia mami, ella lloró, me dijo que me veía hermosa y que a mi papá y a mi abuelo les hubiera encantado estar presentes y que desde el cielo ellos me enviaban sus bendiciones, fue un momento totalmente melancólico.
Seguir leyendo »Mi novio mientras tanto, a unas cuadras de donde estaba yo, se alistaba en su traje azul índigo, con su corbata rosa pálido (para darme gusto a mi), verdaderamente él fue mi príncipe azul y se veía más que guapo para mí. Decidimos no vernos hasta encontrarnos en el altar, así que viajamos en autos distintos.
Pues bueno, a las 3:00 llega mi hermano por mi en su pick up, él me iba a llevar a la iglesia ya que la misa comenzaba a las 4, yo iba hecha un manojo de nervios mientras mi ahora esposo iba en un carro delante de nosotros, cuando un tránsito hace de las suyas y nos para sin motivo alguno, sólo para retrasarnos y hacerme desesperar, en ese punto yo comencé a llorar porque ya íbamos tarde; al final nos dejó ir. El auto de mi novio usó una ruta diferente a la nuestra y nosotros nos quedamos atorados en el tráfico, fue la hora más larga y estresante que he vivido. En eso me habla la florista para decirme que no había nadie en la iglesia que recibiera mis ramos. Inmediatamente llamó a mi dama a la cual se le había hecho tarde y me dice que ya iba de salida, minutos después me llama la florista para decirme que ya se lo había dejado a mi tía. El siguiente momento de estrés fue cuando me regresa la llamada mi dama gritando desesperada, cuando al fin logro calmarla me dice que sus tías la dejaron encerrada en su casa a propósito y que no tenía por donde salir, y ahí me tienen, detenida en el tráfico, con el tiempo encima, a nada de casarme y tratando de tranquilizar a mi dama.
En fin, al fin llegamos faltando sólo 5 minutos para la misa, ya todos estaban llegando y yo esperé en el coche, entró el cortejo de mi familia política y mi novio y después bajé del auto. Cuando estaba la marcha nupcial sonando recuerdo que no traía mis ramos y me puse a gritar como loca por mis ramos (sí, ese es otro momento de estrés), al fin me los entregan y camino de la mano de mi mamá y mi hermano hacia el altar, con mi hermoso velo cubriendo mi rostro y la verdad seguía hecha un manojo de nervios, no había nadie más para mi en la iglesia, yo sólo buscaba la mirada de mi novio, me preguntaba qué estaba pensando y si le gustaría, él estaba visiblemente nervioso, creo que más que yo y al llegar al altar, mi mamá me retiró el velo del rostro y me entregó, mi suegra me entregó a su hijo con los ojos llorosos y él me sonrió, me tomó de la mano y subimos al altar, estábamos tan concentrados en la misa que honestamente yo ni siquiera puse atención al ensamble que contratamos, aunque según me comentan los invitados, tocaron divino. Para mí fue todo tan rápido, siento que apenas nos sentamos, nos paramos y ya éramos marido y mujer. Durante la misa él me dio un beso en la frente como cuando empezamos a salir hace 6 años y al fin llegó el "puedes besar a la novia" que tanto había esperado.
Después de la misa nos fuimos corriendo a Santiago donde sería la fiesta y la sesión formal. La fiesta fue en una quinta hermosa, inicialmente sería en el jardín de la quinta, pero con el pronóstico de lluvia a última hora decidimos usar la cava, los invitados fueron recibidos con un cocktail de bienvenida en el que se dieron piñas coladas, vampiros y margaritas. Después pasaron al salón adornado con arreglos estilo vintage, flores blancas y rosas de color rosa, algunas mesas llevaban manteles azules ya que el tema de nuestra boda era vintage con una combinación de color azul marino y rosa blush y en todas unas velitas encendidas, el ambiente era super romántico, tal como lo imaginé en mi mente tantos días.
El pastel de bodas fue hecho por mi mamá, un rico pastel de vainilla cubierto con fondant y betún de mantequilla, sobre él, nuestros monitos elegidos por nosotros, tuvimos dos porque además mi hermano nos regaló unos Mickey y Minnie vestidos de novios.
A las 8:40 de la noche hicimos nuestra entrada triunfal como marido y mujer, de fondo se escuchaba a Bruno Mars y seguíamos tan nerviosos que ni cuenta nos dimos que una parte del pastel cayó al suelo quebrando mis monitos (este hubiera sido un momento de stress si me hubiera dado cuenta de lo sucedido en el momento, afortunadamente me di cuenta hasta el final de la fiesta). Decidimos iniciar el baile con nuestros padres para finalizar triunfalmente con nuestro baile de novios; primero bailamos con mi mamá y mi hermano una canción tocada en rondalla "Mitad tu mitad yo" que a mi mamá le encanta, obviamente fue un momento muy emotivo y mi mamá estaba muy feliz, después fue el baile con mis suegros, para ellos mi esposo eligió una canción de Miguel Bosé, "Te amaré" y finalizamos con nuestro vals de esposos, un Fox Troth de Frank Sinatra "Fly me to the moon" esa fue nuestra canción especial y aunque habíamos ensayado una bonita coreografía, a mi esposo se le olvidaron todos los pasos y fue un desastre, es algo que nunca olvidaré y que cada vez que recuerdo me gana la risa y abrimos pista para todos los invitados.
La cena fue de tres tiempos, iniciamos con una entrada de ensalada de surimi y manzana, algo fresco para una noche algo bochornosa, continuamos con el plato fuerte que era un rollo de sirlon relleno de queso, panela y cubierto con una salsa de chile poblano, acompañado de puré de papa rostizada y vegetales y al final degustamos unos ricos postres, un buñuelo con nieve y manzanas salteadas con canela y mostachón de plátano. A todo mundo le encantó la cena.
Después seguimos bailando, hubo tiempo para las fotos y pasamos una noche muy divertida que terminó con un momento tan especial, ya cuando todos se habían ido y sólo quedaba la familia, el grupo musical nos sorprendió tocando en vivo nuestro vals de nuevo, hicieron todos un círculo y nosotros en el centro comenzamos a bailar y ya relajados y felices nos salió mucho mejor nuestro vals, por desgracia no guardamos recuerdo de ese momento ya que para esa hora los fotógrafos y camarógrafo ya se habían retirado.
Y llegó la parte divertida, hacer entrar en dos carros a toda la familia. Mi esposo y yo nos fuimos en nuestro auto, con mi mamá, mi prima y mis sobrinas casi casi como familia muégano, con regalos, arreglos, pastel y recuerditos que sobraron. Llegamos a casa a la 1:40 a.m., a mi esposo y a mí nos corrieron literalmente, porque mi mamá iba a preparar la comida para la torna boda al día siguiente, así que tuvimos que regresar al centro de Monterrey a buscar hotel, hasta que al fin dimos con uno disponible a las 3 a.m. y nuestra noche terminó con los dos completamente fatigados que caímos rendidos en cuanto tocamos la cama.
Sin duda alguna fue el día más genial y a pesar de que nada salió como lo habíamos planeado, estoy totalmente enamorada de nuestro día, lo revivo en mi mente y me vuelvo a emocionar y es un recuerdo que cada novia debe guardar con mucha ilusión.
Que nuestra promesa de querernos se guíe en Dios.
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