La boda de Erick y Jessica en Iztapalapa, Ciudad de México

Los invitados ya esperaban con ansias que llegara ese día, y por fin llegó, yo (el novio) ese día en la mañana me voy con mis papás a arreglarme, la novia se queda en casa y llegan las personas que la van a peinar y maquillar (más temprano de lo que debían) por lo cual habíamos comenzado con el pie derecho, una época de lluvia, toda la noche llovió y pedíamos que por favor no lloviera, no era el día más soleado, pero no había muestras de que fuera a llover, todo estaba perfecto, la misa era a las 7:00 pm, y ya estabamos listos desde las 6:00 para evitar el estrés y amargura del tráfico, yo en camino a la iglesia acompañado de mis padres y familiares cercanos, la novia en otro carro aparte con su dama de honor.

Y llegamos a la iglesia llenos de nervios y emociones, ver a todos tus invitados muy guapos y felices por compartir ese gran día con ustedes, saludar a toda la gente y los invitados que viajan de otros lugares de la República para acompañarnos, no se podía pedir más, se empiezan a acomodar, el Padre pide que se acomode el cortejo y empieza la música para entrar, todo bien lleno de felicidad al ver la iglesia llena de gente que quieres y te quieren.

Llego al altar acompañado de mis padres, nos acomodamos y por fin, empieza la marcha nupcial y la novia camina al altar,wow, no lo puedo describir, millones de emociones encontradas, no paraba de sonreír, se veía hermosa no podía dejar de mirarla, me la entregan y no la solté durante toda la celebración.

Nos atacaban los nervios, nos sudaban las manos, pero era el momento más feliz y esperado de nuestras vidas, termina la celebración y ahora si, a disfrutar todos en camino al salón, llegamos y ya estaban casi todos los invitados, todos muy puntuales y con toda la actitud requerida para una boda, nuestra boda.

Y ahora si, que comience la fiesta, el baile de presentación y a degustar la cena, ríquisimo... y de pronto la gran sorpresa, llega el saxofonista para amenizar la cena, podíamos ver la cara de todos los invitados, felices, disfrutando la cena y gozando la música, terminamos de cenar y pasamos a platicar con los invitados, el video de fotos de nosotros no podía faltar y menos con los amigos y familiares, una baile con los papás y que siga la fiesta, bailar y bailar, platicar, pura alegría esa noche.

De pronto, un baile sorpresa que habíamos preparado los novios para los invitados, pero otro gran sorpresa, nuestros amigos a escondidas habían ensayado el baile y bailaron al final con nosotros, algo que realmente no nos esperábamos, esa noche, la gran noche inolvidable.

Nos encantaría que se pudiera repetir ese gran día, lo disfrutamos al máximo lo mejor de todo es que a la fecha no hemos tenido ni un reclamo de nada, todos estuvieron más que contentos y alegres, es más nos felicitaron por el gran día que pasaron y nos han pedido que nos casemos de nuevo, que más quisiéramos, pero ahora esperaremos unos años más para realizar otro festejo.

Ahora a buscar el hijo.