La boda de David y Jocelyn en Morelia, Michoacán
Elegantes Invierno Negro 6 profesionales
D&J
12 Nov, 2016La crónica de nuestra boda
Todo comenzó desde el sábado 05 de Noviembre que nos casamos por el civil en Ixtapa, Zihuatanejo, de verdad que no hay palabras para describirlo, ¡fue como un sueño hecho realidad! Siempre había tenido la idea de casarme en la playa y así fue. Nunca imaginé el esfuerzo que esto nos costaría, pero valió la pena en todos los sentidos. ¡Fue una ceremonia hermosa! Muy pequeña y especial, solamente con nuestra familia, padrinos de velación y amigos más cercanos. El montaje a pie de playa fue increíble, y convertirme en su esposa legalmente a la luz del atardecer con el mar de fondo fue simplemente incomparable e inolvidable.
8 días después, en Morelia, llevamos a cabo el enlace religioso, ahora sí con todos nuestros familiares y amigos. Aún decidimos no hacer algo tan grande, sino compartir con las personas que realmente son y serán siempre parte de tu vida. Desde las 11 de la mañana tenía la cita en el salón de belleza, era una sensación de nervios, ansiedad y felicidad desde que desperté ese día. Poco después de llegar a la estética llegó también mi fotógrafo ¡y fue ahí donde me cayó el 20 de que era el día de mi boda! Entre fotos y miles de emociones terminaron de arreglarme. La verdad es que el peinado y maquillaje no fue de mi agrado al 100%, pero cuando llegué a casa y mi mami y hermana me ayudaron a ponerme mi vestido y me vi en el espejo, simplemente olvidé cualquier detalle del arreglo, me vi, como la novia que estaba a punto de convertirse en la esposa de David Martínez, el hombre de mi vida, y simplemente no pude dejar de sonreír a partir de ese momento.
Seguir leyendo »Poco a poco fueron llegando a mi casa mis 10 damas de honor (entre ellas mis hermanas, mi cuñada y mis mejores amigas) ¡Se veían hermosas! Sentía una emoción inexplicable cada vez que sonaba el timbre y sabía que había llegado una más. Hasta que llegaron todas, fue que bajé de mi recámara, mis papis me dieron su bendición, momento único e irrepetible en la vida, y nos fuimos todas juntas a la sesión de fotos.
Fue hasta ese entonces que vi por primera vez en el día a mi prometido, la sesión fue en el hermoso centro histórico de mi ciudad, llegamos en la camioneta directamente al Callejón del Romance y ahí estaba él, parado, guapísimo. ¡Es un momento que nunca voy a olvidar! Me bajé, nos vimos y nuestros ojos brillaban, ¡no nos alcanzaba el tamaño de nuestras sonrisas para reflejar la felicidad que estábamos sintiendo!
Nos sacamos muchas fotos con nuestras damas, fue muy divertido y aprovechamos cada momento y espacio al máximo. Más o menos 1 hora y media después dimos por terminada la sesión para trasladarnos al templo, ya que la misa era a las 7 pm.
Nos fuimos para allá, al llegar desde la camioneta podía ver a todos nuestros invitados, mi corazón latía cada vez más fuerte, mis manos sudaban, ¡quería bajarme y casarme ya! Pero fui paciente, esperé hasta el momento que fueran por mí y por fin bajé, mi papá me tomó del brazo y entramos juntos hacia el altar, a lo lejos mi prometido, a los lados mis invitados, cada uno especial, fue uno de los momentos más hermosos del día.
Con muchos nervios, amor y felicidad, ambos dimos el sí frente al altar, y con la bendición de Dios ¡nos convertimos en marido y mujer! Al salir del templo ya nos esperaban con campanas, burbujas y luces de bengala, además elevamos todos juntos unos globos blancos al cielo y obviamente nos llenaron de buenos deseos, besos y abrazos. Fue hermoso cada momento.
Por fin nos dirigíamos al salón de fiestas, nuestros invitados ya nos esperaban, llegamos y tuvimos que esperar un poco a que todo estuviera listo, cambié mis tacones por unos tenis y por fin entramos. Entre sonrisas y aplausos comenzó nuestro vals y de repente nuestro baile sorpresa que habíamos estado ensayando por más o menos 2 meses (por eso los tenis) ¡Fue espectacular! Mis damas fueron parte de este baile también y la gente lo disfrutó tanto como nosotros. Después de esta gran emoción mi papá dio un pequeño discurso y todos juntos brindamos. Obviamente lloré y lloré y lloré con todas las palabras hermosas que nos dijo.
Al finalizar el brindis todos cenamos delicioso y después no hicimos más que bailar y bailar y disfrutar. Nos tomamos fotos con todos, agradecimos a todos, bailamos la tradicional víbora de la mar, aventamos el ramo y la liga, hubo de todo un poco. ¡Hasta una resbaladilla inflable en la pista acompañada de shots de tequila!
Partimos el pastel, dimos a nuestros invitados los recuerditos (pantuflas y termos llenos de tequila, brandy o whisky) y terminamos la noche con lo que no podía faltar: ¡el mariachi! Todo fue espectacular, eran las 3 de la mañana y yo simplemente no quería que terminara, pero tenía que ser, después de un año consecutivo de esfuerzos en todos los sentidos, el resultado había sido maravilloso, mi esposo y yo, estábamos orgullosos y agradecidos con Dios por tantísimas bendiciones. Lo logramos, después de una maravillosa fiesta, ¡estábamos listos para comenzar una nueva vida como esposos! No podíamos ser más felices.
Después de ese día nuestra vida cambió para siempre, casarte incluye muchos riesgos y responsabilidades, si lo meditas bien, tal vez nunca estés realmente preparado para hacerlo, pero cuando conoces a esa persona, a la indicada, a la que te da esa razón de ser, simplemente es lo mejor que te puede pasar.
Esta es la historia de nuestro gran día, contada por mí, la novia. Finalizo confirmando que este día fue solo el inicio de todo un sueño del que no quiero despertar, llamado vida.
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