La boda de Alan y Karina en Santiago, Nuevo León

Para mi vestido no batallé para encontrar el perfecto y con el que me sentía como reina: fue corte A, tono blanco, fue en Querida novia.

También queríamos consentir a los invitados así que les dimos vasos tipo yeti para que sus bebidas siempre estuvieran heladas, tuvimos barra libre internacional, nunca tuve un presupuesto, todo fue en la marcha, como iba pasando todo jamás me estresé.

Llegó el día de la boda. Mi día empezó temprano con mi arreglo con mi mamá en la cabaña de la recepción. Más tarde llegó mi hermana y la hermana de mi ahora esposo nos hicieron fotos, de ahí nos fuimos a la iglesia. El encuentro fue ahí por primera vez en el altar. No esperaba que fuera gente más que la familia pero oh sorpresa, llegaron casi todos nuestros amigos. En la iglesia sí tuve nervios pero después del sí ya todo fluyó como si nada.

De ahí nos pasamos a la sesión formal en el jardín y empezó el civil, igual estaban casi todos nuestros invitados aunque yo pensaba que solo iba a ir la familia y, después, la recepción, nuestra entrada hicimos un mix de musica, espectacular fue todo, y de ahí en adelante todo fue fiesta, pasarla bien la cena, carrito de elotes, tostitos, shot, baile… El tiempo se va super rapido pero inolvidable y maravilloso, el día más hermosos de mi vida y perfecto.