La boda de Abraham y Patricia en Monterrey, Nuevo León

La crónica de nuestra boda

Hola chicas, hoy vengo a contarles como fue todo el proceso de mi boda. Sucedieron muchas cosas que realmente no nos esperábamos mi esposo y yo. En el año 2020 empezó la pandemia por el Covid-19. Mi esposo me propuso matrimonio el 31 de mayo del 2019, y nuestro plan fue casarnos un año después por el civil, el 30 de mayo del 2020. Por un momento creíamos que no tendríamos la oportunidad de casarnos a causa de esta gran pandemia. Realmente nos pusimos muy tristes y tratamos de buscar una solución. Hablando con mis papás y mis suegros, decidimos que haríamos algo muy íntimo para poder unirnos en matrimonio, tomando todas las medidas necesarias. Y fue el 30 de mayo del 2020 cuando unimos nuestras vidas, ese día fue muy especial, fue algo tal vez muy sencillo, pero yo disfruté muchísimo al estar casada con la persona que amo. Cabe mencionar que nosotros teníamos planeado casarnos por la iglesia el 16 de agosto del 2020, para nosotros es muy importante estar casados ante Dios. Acercándose la fecha la pandemia aún no acababa, y la quinta que habíamos separado para festejar nuestro matrimonio después de la iglesia nos canceló. Entramos en un estrés y teníamos muchas emociones encontradas porque era un día muy especial para nosotros y las cosas no estaban saliendo bien. Gracias a Dios hablando con los diferentes proveedores, llegamos a un acuerdo y se portaron super accesibles con nosotros. Así que decidimos hacer la ceremonia religiosa, algo muy intimo y familiar, un viernes 14 de agosto del 2020, tal vez no pudo estar toda la gente que quisiéramos que hubieran asistido, sin embargo comprendieron la situación. Fue una ceremonia demasiado hermosa, nos cantaron una canción muy especial llamada "El uno para el otro", mi esposo y yo lloramos a mares, estábamos muy agradecidos con Dios por todo. Después de acabar la ceremonia tuvimos una pequeña cena, la verdad que estábamos super felices, tal vez no se pudo hacer todo lo que habíamos planeado, pero no nos importó nada al saber que ya por fin estábamos felizmente casados. ¡Soy demasiado feliz!