La boda de Yeimel y Diana en León, Guanajuato

La crónica de nuestra boda

Hola!!! Estoy muy feliz al lado del mejor hombre que Dios pudo poner en mi camino, hoy cumplimos 3 meses de casados y es tan hermoso recordar cada detalle desde que despertamos, nos arreglamos y nuestras familias nos acompañaron en cada momento hasta el momento que nos entregaron nuestros padres en la iglesia!

Les platicaré un poco de nuestro día, ese 8 abril. Primero, no pude dormir mucho más que 4 horas (o creo que fue menos), estaba preocupada porque no habíamos terminado de pasar el imprimir las lecturas que elegimos para nuestra ceremonia y mi esposo y yo íbamos redactando una cada uno, yo desde mi casa y él en el hotel que eligió arreglarse posteriormente. Las envié a una de mis amigas para que las imprimiera (de gran ayuda). Yo me fui al spa y a desayunar sola, había decidido regalarme un rato para mí y fue lo mejor que pude haber planeado en todo ese trayecto. Cuando estaba desayunando escribí una carta a mi esposo para que la leyera antes de llegar a la iglesia y una de mis amigas se la entregó. Por su puesto no lo esperaba y ahora que veo las fotos, se que fue un bonito momento para él. Él por su parte salió a la barbería, a nadar y confesarse, hasta se encontró con su familia en el centro de la ciudad. La fotógrafa iniciaba sesión con él, y era el más relajado del mundo, pero había decidido no llamarle para nada, él sabía sus tiempos y yo los míos! Posteriormente me regresé a casa y ya estaban arreglando a mi mamá (es un alivio que arreglen primero a las mamás, son las más alteradas con el tiempo) y después siguieron mis hermanas y al final yo. La verdad que el spa me relajó tanto que no sentí que se fue el tiempo y hasta mi carro ya estaba listo para llevarme (muy puntual por cierto). La fotógrafa llegó por fin conmigo y comenzó con la sesión de mi vestido y accesorios y algunas damas que habían llegado a mi casa, luego siguió conmigo al momento de mi peinado y maquillaje y cuando mis papás me pusieron el vestido fue un momento demasiado emotivo, todavía recordarlo me hace llorar, (disfruten mucho ese momento futuras novias, porque después ya no hay tantos momentos con ellos en la fiesta). Por fin quedé lista y linda. Era hora de llegar a la iglesia y claro todos esperan la llegada de la novia, pero muy al fondo de todos nuestros invitados vi a mi futuro esposo con una sonrisa nerviosa y los ojos llorosos de verme llegar! En el altar se va tan pronto el tiempo, las lecturas, los votos y demás cosas que pasan en ese momento y el tener al lado a ese hombre guapo que ilumina mi vida y sueños fue increíble. Termina la ceremonia y ya somos esposos.