La boda de Wualter y Gralia en Peto, Yucatán

Llegó la maquillista y se dedicó a arreglarme. El fotógrafo llegó tarde por lo mismo que la lluvia no paraba y ya estaba más fuerte a eso de las 5 pm, esa es la razón por la que no tengo fotos de ese momento, a las 7:15 pm ya estaba lista, sólo esperaba que pasaran por mi. Mis padrinos llegaron como cuarto para las 8 pm, cuando los escuché llegar una sensación de tristeza me invadió pues mi papá no estaba listo, tomó de más y estaba dormido. Mi mamá me hizo ver que quizá era su manera de expresar la tristeza de él por ver que su única niña se casaba, pero creo que nunca lo voy a entender, el momento más importante de mi vida no estuvo. Me salieron mis lágrimas inevitablemente, pero bueno era mi día así que sequé mis mejillas en el transcurso del camino a la iglesia y respiré hondo. Llegué a la iglesia y pude mirar a lo lejos que mi futuro esposo estaba ahí esperándome, una emoción se apoderó de mi, caminé al altar despacio pues mi vestido estaba más largo de lo que me pareció en la prueba y temía caerme, gracias a Dios llegué sana y salva hasta el altar. Mi mamá y hermanito me entregaron a Wualter que estaba tan nervioso y feliz como yo, me levantó el velo, me tomó de las manos y me dio un beso en la frente, asi empezó la ceremonia.

Nos desposamos frente a familiares y amigos, dijimos los votos, y recibimos la bendición de Dios como una nueva familia. A partir de ese día somos la familia Angulo Yama.

Después de las fotos, felicitaciones y asimilar que ya eramos marido y mujer había que trasladarnos a la recepción y la lluvia nada que cedió, en ese momento ya lo habiamos superado, pensamos que tal vez nadie más iría pero nos dijimos "estarán los que deben estar" y así fue, hasta tuvimos que agradecer que lloviera porque fue gente que pensamos no iría y con todo y lluvia el local estaba repleto a excepción de una mesa, quizá.

La decoración de la recepción me encantó, el pastel, el cuadro para las fotos, todo estaba como lo imaginé, de no ser por la lluvia se hubiera apreciado más pero eso para nada empañó nuestro gran día.

Disfrutamos la compañia de la familia y amigos, sus felicitaciones y regalos, nuestro primer baile con una melodia de Maná: "Bendita tu luz", la canción original era otra pero a ultima hora no agarró el equipo de computo y lo bueno que tenía segunda opción. El tradicional vals con los papás, padrinos y familia, y los momentos más divertidos con la tirada de ramo y el alcohol para los amigos del esposo.

Anduvimos de aquí para allá que hasta ni tiempo de cenar bien tuvimos, pero nos consta que la cena estaba exquisita porque los invitados querian repetir.

Fue un día hermoso, si pudiera me volvería a casar con mi esposo, ya lo haremos para algún aniversario, soy la chica más feliz teniendo como esposo a una bella persona.

Gracias por leerme.