La boda de William y Alejandra en Mérida, Yucatán
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W&A
20 Dic, 2015La crónica de nuestra boda
¡Después de dos años soñando este día al fin llegó! Yo creo que estaba en shock, aún no me la creía, mi corazón latía al mil por hora, no pude dormir. El día amaneció algo nublado y yo rogaba a Dios que no lloviera ya que la recepción sería en un lugar abierto. Desperté y mi madre me hizo un rico desayuno, después terminé de alistar mis cosas para irnos al hotel donde me arreglarían. Antes pasé a ver como quedaba la decoración de la iglesia y quedó hermosa, una preocupación menos para mí. Como por las prisas no tuve tiempo de pagar mi plan, ese día estuve incomunicada con mi novio, él se estaba encargando de otras cosas de la boda y que bueno que no hablé con él porque se le complicaron algunas cosas.
Al fin dio la hora de entrar al hotel, todas mis damas también llegaron para que juntas nos arreglaran ahí, las maquillistas llegaron a tiempo y nos comenzaron a arreglar, yo tenía una vista hermosa. Mientras me arreglaban veía el parque y parte del centro histórico de la cuidad, eso me sirvió para relajarme y pensar en otras cosas y distraerme un poco. Mientras, nos grababan y tomaban fotos, todo estaba saliendo tal y como lo soñé, mi novio estaría en la habitación del otro lado del pasillo, también alistándose, pero daba la hora de su llegada y él no aparecía. Yo a cada rato preguntando hasta que al fin lo vi pasar por la ventana de mi cuarto y se veía guapísimo. Ya podía estar tranquila.
Seguir leyendo »Como no quisimos vernos antes de la ceremonia religiosa las sesiones de foto fueron por separado yo ya estaba desesperada por salir del cuarto pero como aún seguían en la sesión con el novio, no podía. A la hora de salir del hotel como estaba en el mero centro histórico y enfrente de un parque, cuando salí todas las miradas fueron para mí, no es usual ver a una novia caminar por el parque para esperar que el coche venga por ella, pero fue lindo. Hubo gente que se tomó fotos conmigo, que me ayudó para que mi velo no se me arrastrara y quienes me tomaron fotos, era la sensación. Ya estaba en el carro esperando para bajar a la iglesia, vinieron a mí muchos recuerdos, nostalgia y felicidad de ver un sueño más cumplido.
La ceremonia religiosa estuvo hermosa, mi novio se veía guapísimo. Me enamoré más de él y confirme que era el hombre con el que quería pasar el resto de mi vida. Al terminar la ceremonia nos dirigimos al local el cual estaba adornado hermoso. Una de las cosas que amé y no me arrepiento de haber invertido es en la decoración, porque fue tal y como la soñé. La mesa del pastel estaba hermosa, el pasillo antes de entrar a la recepción con nuestras fotos de novios y de nuestros padres quedaron perfectas iluminadas con miles de velas. Estaba encantada con lo que Vicente había logrado.
Todo transcurrió muy rápido, era tanta la alegría de haber logrado nuestro sueño que lo demás se nos pasó volando. El banquete estuvo delicioso y la gente se fue muy contenta, nosotros agradecidos a Dios y todos nuestros amigos familiares y proveedores para lograr que nuestro sueño se cumpliera.
Lo único que me queda es darle gracias a Dios por ser quien dirigió nuestra boda, un día inolvidable que estaré contenta de contarle a mi hija, decirle también que se vale soñar y que con esfuerzo y dedicación se pueden lograr las cosas.
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