La boda de Víctor Hugo y Fátima del Rosario en Morelia, Michoacán
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V&F
21 Nov, 2015La crónica de nuestra boda
Sin afán de ser soberbia. Mi boda fue tal cual la planeamos.
La fecha de mi boda fue en noviembre, la razón es que tanto los padres de mi esposo como los míos se habían casado en esas fechas. Además que nos encanta el frío.
Mi esposo fue comprometido con la boda desde el primer momento. Elegimos un jardín para la recepción con un pequeño parque para los niños. Un jardín hermoso y a un precio excelente.
Los colores de la boda, fueron prácticos negro-blanco. Las invitaciones fueron sobrias y elegante el sobre. En el interior venía el resumen de nuestra historia de amor y fueron de esas que jalas una pestaña y el novio se acerca a la novia. Los dibujos fueron diseño de mi esposo y nos hizo en caricatura.
Nos casamos en la Ciudad de Morelia por la iglesia en el templo de San Francisco. No batallé con el arreglo. Incluso estuve una hora antes lista. El auto que nos llevó es de un gran amigo, casi un hermano. Somos amigos desde los 2 años. Mi vestido fue super barato, fue estilo años 50, y llevé una tiara de cristales cortados que compré a muy buen precio. Donde me hicieron el vestido me armaron un paquete con arreglo incluido. Una semana antes fui a los faciales, el estilismo capilar, etc.
Seguir leyendo »Me captaron perfecto el look que quería proyectar. Disfruté cada minuto, traté de relajarme y relajar a mi familia y esposo. El tema invitados fue ultra restringido. A la fecha recibo reproches, pero saben, sean firmes. Pienso que la clave para estar tranquila y feliz en la boda fue que solo estaba rodeada de familia y amigos, cuando te sientes acogida, nada te puede causar nervios.
Un gran amigo de la prepa y su esposa llegaron casi una semana antes y nos ayudaron mucho. Mis damas fueron de dorado a su elección el vestido. Una de ellas se encargó de la ceremonia religiosa. La misa la preparamos con mi marido. En la invitación incluimos un ramillete de oraciones y buenas acciones por nosotros, un padre nuestro, ser positivo un día, sonreír a un extraño, etc.
Mi amiga me ayudó a acomodar el cortejo, en el cortejo entré acompañada por mi papá y mamá. El sacerdote nos hizo una ceremonia hermosa en contenido, muy enfocada a nosotros, se lo agradeceré por siempre.
La música sacra fue interpretada por una amiga que es soprano y tocaron unos músicos del conservatorio de la ciudad, y gracias a que mi amiga es ultra sexy y amistosa, convenció a un chelista que estaba en la ciudad y el país recibiendo un premio, y fue quien tocó en la boda.
La misa para mí fue lo mejor. Los invitados participaron en ella, leyendo lecturas, con las ofrendas, con la velación, anillos, mi abu me dio un cristo, recibimos la biblia en fin; quisimos que cada invitado disfrutara la misa.
Al salir una tía me llevo varios globos blancos. Y no estaba planeado pero el ramillete de las buenas acciones se los colgaban al globo y lo elevaban al cielo.
Para mi boda estaba igual de chonchis pero me pasó algo super hermoso. A la salida una chava se me acercó, no iba vestida de fiesta me dijo que la disculpara, el atrevimiento y todo, pero que le diera la dirección de dónde compré el vestido y donde me arreglaron porque le encantaba como me veía. Imaginen como me sentí de halagada...
Al salir del templo nos fuimos al salón, todo el tiempo nos dejó mi amigo elegir qué escuchar, y nos fuimos al ritmo de Ramstein. Desde la recepción, hasta la comida, vals, cortada de pastel, etc. Le escribimos al sonido con punto y seña qué rola queríamos escuchar y lo respetaron a la perfección, el aspecto más halagado de nuestra boda fue la música. A tal punto que me pidieron después la play list.
No elegimos un grupo versátil porque sólo te interpretan las canciones que saben. Y el sonido es más variado. Contratamos un paquete que lo personalizan a tu bolsillo y gusto, el de nosotros incluyó foto, video, el sonido, iluminación arquitectónica, zanqueros, animadores, una foto grande a la entrada donde mi marido sale con su compu porque es Ingeniero en Sistemas y yo con mi bata, soy QFB. Nosotros recibimos a los invitados, y los acomodamos y mis primitas nos ayudaron a acomodarlos.
En la recepción hubo barra libre de cocteles, margaritas, piñas coladas y a gusto de la novia, micheladas.
Como no todos toman, los que sí; se dieron muchas vueltas a la barra. Otro amigo que aprecio y su esposa, se ofrecieron a hacernos las botanas, fueron unos rollos de queso.
En las mesas pusimos dos tipos de adornos. Unas mesas eran árboles con luz led. Esos los hizo mi marido, duró un año haciéndolos pero quedaron de lujo, se veía como un bosque invernal, los hizo de las ramas de unos árboles que taladraron por mi casa. Y en otras mesas había unos tubos con agua, una flor y una vela.
Los números de las mesas fueron un porta retrato donde mi marido hizo un collage de dos fotos de nosotros de niños. Y pusimos unos kits anti cruda y salvavidas que armamos, analgésicos, protectores estomacales, costurero, condones, etc.
Pusimos un árbol de firmas (cuadro) en una estructura que el salón llama Casa de los Sueños y un candelabro hermoso que hallamos en Quiroga, un pueblo mágico de Michoacán. El jardín por sí solo es hermoso, la fuente, sus pastos muy verdes, lindo el lugar.
Nuestro vals fue la canción A te de Giovannoti. Es una canción en italiano, que tiene frases hermosas, búsquenla en google y verán. Bailamos solo con nuestras mamás y mi papá (mi suegro falleció) con las mamás se bailó la de Mama de Il Divo, y con mi papá bailamos Wild Word de Cats Stevens.
El pastel lo partimos con la canción Chocolate de Jesie y Joe. En el brindis hablaron unos amigos y mi papá, y la sorpresa de la noche fue un video emotivo que enviaron unos mejores amigos de mi marido, que no pudieron asistir a la boda.
Bailé toda la noche, literal, y los invitados también, desde las cumbias sabrosonas, hasta fiesta pagana chuntaro, rock de todas las décadas, super bueno el pachangón.
El banquete mis respetos para el chef, generalmente la comida es insípida y con errores técnicos. Y la verdad se lució. Hasta la ensalada super rica, la crema, el platillo todo. Cada centavo lo valió.
Un detalle que omití. Dirán qué tonta, pero jamás pensé en los regalos. Cuando llegaban con regalo, ya iba a buscar mesa, pero el salón la tenía lista.
Las copas del brindis, no fueron vestidas como con holanes ni nada de eso, compramos copas que nos gustaran y sirvieran de recuerdo, al igual que el cuchillo y la pala. Que bienvenidos son el nuevo hogar.
La mesa de postres la hizo mi cuñada, todo hermoso y detallado. Las personas nos manifestaron sentirse a gusto y en confianza. Fueron pocos invitados pero cada persona nos mostró mucho amor, todos contribuyeron de una forma u otra.
Mi consejo es que no hagan una boda pensando en el lujo, sino piensen en sus seres queridos, personalicen su boda, y para esto no hacen faltas etiquetas pegadas a los dulces, es más que eso, es imprimir su esencia de pareja, las amenidades son más prácticas que un recuerdo que va a la basura, no escuches consejos, escuchen su alma.
Quisiera escribir más pero no quiero aburrirlas. Linda noche y Dios bendiga su vida y su nueva etapa.
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