La boda de Sergio y Monserrat en Monterrey, Nuevo León

Después llegó la hora él me realizó mi maquillaje y peinado, y como lo veía previsto se nos hizo un poquito tarde. A las 4 en punto estaría mi carcacha clásica en el lobby esperándonos, corriendo prácticamente me puse mi vestido, me arreglé todos mis accesorios con ayuda de mi mamá y del maquillista y quedé bellísima, parecía toda una princesa. En eso tocaron mi puerta y era mi guapísimo y encantador esposo ya listo para irnos, quedé más enamorada aún. Bajamos y estaba una hermosa carcacha negra esperándonos con un chofer muy amable, toda la familia estaba hospedada en ese hotel y bajaron a despedirnos y tomarnos mil fotos al irnos en nuestro carro. Ahí empezó la aventura; íbamos por todo el recorrido al palacio bien contentos y todos los carros nos pitaban y decían adiós, no era tan común ver un carro clásico en plena constitución. Llegamos y nuestros fotógrafos listos, empezó la sesión de fotos y todo salió hermoso.

Ya era hora de partir a nuestro salón ya que ahí mismo sería la ceremonia religiosa era en punto de las 7:30 y el pastor estaba listo, la música, todo y para variar mis suegros y padrinos no estaban, aún iban en camino, yo estaba atacada de nervios y enojada a la vez todo iba tan perfecto, mi pastor desesperado, en fin. Ya cuando llegaron, aunque los quería ahorcar, todo fue maravilloso, la ceremonia estuvo preciosa, las palabras de nuestro pastor, tuvimos saxofón, nuestra familia fue realmente muy emotiva aguantándome las ganas de llorar, ahora estamos más unidos que nunca en nuestro matrimonio.

Acabando de ahí nos escondieron en una parte del salón y ya cuando estaban todos de pie salimos muy contentos a saludar a todos felices, saludándonos. Era el momento de disfrutar, nos pidieron pasar a la pista ya que iniciaría nuestro oficialmente primer baile, fue el momento más mágico de mi vida, nuestro vals “Hasta mi Final”, hermosísimo. Subió la música y en ese saltaron nuestros chisperos como cuento de hadas, mi esposo y yo viviendo un momento mágico, lo recuerdo y me salen lágrimas de emoción. Ya después empezó la cena, el baile, nuestros invitados disfrutaron la cabina fotográfica que les rentamos, y toda la boda estuvo bellísima. El ramo, la liga, fueron momentos divertidos, la verdad es que mi esposo y yo no nos sentamos ni 5 minutos, solo en la cena, todo lo demás estuvimos bailando, nunca nos quitamos de la pista, era nuestra noche y queríamos realmente disfrutarla y así fue.

No tengo más que hermosos recuerdos de esa noche, si bien nada es perfecto siempre puede haber algún detallito, pero los finales no importan si estás en el momento que planeaste con tanto amor. Recordaré mi boda el resto de mis días, ahora solo espero videos y fotos en grande que nos entregarán, y así finalizó nuestro gran día, ahora estamos más enamorados que nunca ya que hicimos un pacto con Dios y nuestro matrimonio está más bendecido que nunca.