La boda de Rubén y Karla en Saltillo, Coahuila

La crónica de nuestra boda

El día tan esperado por la mañana me levanté temprano, aunque en realidad no había podido dormir muy bien por los nervios.

Durante todo el proceso de los preparativos me la había pasado pensando qué podría pasar ese día, así que ya el día B decidí no pensar mucho y disfrutarlo.

Mi mamá y yo desayunamos y nos preparamos para ir al hotel en donde nos arreglarían. Mi dama de honor pasó por nosotras y las tres nos fuimos para empezar con las fotos del gran día.

Apenas en ese momento fue cuando me cayó el 20 ¡que ya me iba a casar! Después de tanto haber esperado, ya era el momento.

Desde la llegada al hotel el tiempo se fue volando, para cuando acordé ya estaban poniéndome el vestido y mi entonces aún novio esperandome para el first look que hicimos ahí mismo en el hotel, la verdad yo me moría de nervios.

Al finalizar esa mini sesión, nos dirigimos a las calles de mi ciudad donde tuvimos la sesión formal, después de ahí fue la misa, que amé con todo mi corazón. El padre nos dijo palabras muy bonitas y nos aconsejó varias cosas para llevar el matrimonio por buen camino, incluso ni se me hizo larga la misa, el padre fue tan buena onda que hasta se tomó selfie con nosotros.