La boda de Román y Nallely en Guadalupe, Nuevo León

Se llegó el gran día, no lo podía creer que era 14 de noviembre la fecha que tanto anhelaba, me levantó la llamada de mi esposo, eran justo las 7 am y me dijo, se llegó el gran día yo emocionadísima le dije ¡por fin! platicamos un rato, después bajé y mi mamá ya tenía el almuerzo listo, almorcé, me fui a bañar porque ya no tardaba en llegar el estilista, justo a las 9 am llegó y empezó la transformación.

Ya después de peinada y maquillada, subió mi mamá junto con mi hermana para comenzar a ponerme mi vestido de novia, estaba como niña chiquita sacando mi vestido y a la vez tan nostálgica tenía tantos sentimientos encontrados.

Se dieron las dos de la tarde, me asomé por la ventana y justo estaba llegando mi esposo por mí, sentí un cosquilleo por todo el cuerpo, volteaba a ver a mi mamá igual de contenta que yo y con ese brillo en sus ojitos viéndome fijamente. Bajamos a la sala y entró mi esposo por mí, su primera reacción fue de impresión, te ves realmente hermosa, me dio un beso junto con un abrazo, salimos, nos fuimos directo a la sesión de fotos, ya íbamos un poco tarde, llegamos y nos atendieron de volada, salimos de las fotos casi dando las 4 de la tarde, de ahí nos dirigimos al palacio de gobierno pues ahí estaban todas mis damas para otra sesión de fotos donde saldrían ellas. Estuvo muy divertida la sesión pues tuvimos muchas fotos chuscas.

Después de la sesión con las damas, nos fuimos rápidamente a la misa ya que sería a las 6 de la tarde, justamente cuando llegamos a la iglesia me entró el nervio y ese sentimiento que no se puede explicar, me sentía en las nubes, la misa estuvo hermosa. Entrar del brazo de mi padre y ver su cara de orgullo y felicidad por estar entregándome en el altar nunca la olvidaré, pues nos dio la bendición y me dijo que estaba orgulloso de este momento que estaba viviendo. Mis primas se lucieron con el coro cantaron hermoso, me la pasé dando gracias a dios, por todo lo que nos ha dado y por cumplir este sueño que se hizo realidad, no dejaba de voltear a ver a mi esposo y ver esa sonrisita de felicidad que me echaba. Estaba tan feliz de recibir la bendición de dios para nuestro matrimonio, después al salir de la iglesia me sorprendí, pues la iglesia estaba casi llena, no pensé que nos acompañaran tantas personas, todo estaba saliendo perfecto.

Al llegar al salón subimos al lobby para casarnos ahora por lo civil, otro bello momento que está guardado en mi corazón, después se llegó el momento de bajar a recibir a los invitados, subió la coordinadora y nos dio algunos tips para bajar y recorrer el salón. Me acuerdo que solo me le quedaba viendo a la coordinadora pero no entendía lo que decía, solo escuchaba la voz de mi esposo diciendo "sí, entiendo" yo estaba distraída y nerviosa que ni le puse atención, al abrir la puerta y escuchar nuestros nombres y a toda la gente aplaudiendo volteé a ver a mi esposo y le dije gracias por este momento, te amo, me tomó fuerte de la mano y bajamos juntos, me temblaban las manos y los ojos se me llenaron de lágrimas. Ver a toda mi familia y la de mi esposo, nuestros amigos, mis padres todo, nos llenaba de mucha dicha, fue el día más feliz de mi vida. Tantas veces me imaginé como sería ese momento en que bailas el vals con tu esposo, y ahora lo estaba viviendo. Ese día nada nos importó, me dijo que nada nos afecte, a disfrutar nuestra boda y fue lo que hicimos la disfrutamos al 100% que hasta se me hizo en un abrir y cerrar de ojos, bailamos tanto, nos tomamos fotos con todos, me hizo bailes sexis en medio de la pista ¡ah! y cuando llegó el mariachi me cantó la de Hermoso Cariño. Se me salieron las lágrimas al verlo como me miraba y me cantaba a la vez, todo salió perfecto en nuestra boda, después de que se acabó, nos dirigimos a casa de mis padres a abrir los regalos y a seguirle en la torna que nos habían preparado.

Al siguiente día preparamos las maletas pues nos esperaba otro gran momento, nuestra luna de miel, ya teníamos nuestro vuelos con destino a Cancún. Llegamos por la tarde así que ese día solo salimos a caminar a cenar un poco y ver el mar de noche, planeamos que haríamos en esos 8 días que estaríamos en Cancún, cuáles serían los paseos y cuales días dejaríamos para descansar junto al mar. nos divertimos tanto, vimos y conocimos muchas cosas, como Tulum, Xcaret, nadar con delfines, el snorkel, el acuario, paseo por el mar, los restaurantes, Chichen Itza, el hotel, etc., todo estuvo hermoso y muy divertido.

Después de 8 días de merecido descanso y paseos, volvimos a casa, a donde ahora sería nuestro nuevo hogar, llegó la mudanza con algunos muebles, limpiamos y acomodamos a nuestro gusto. Es realmente bello despertar al lado del hombre que amas, siento que aun vivimos en un sueño, pues a casi un mes de habernos casado, aún seguimos con una sonrisa de oreja a oreja, que espero nunca se nos borre. Ahora entiendo que todo el esfuerzo valió la pena.

Le agradezco tanto a dios y a mi esposo por tantas bendiciones por haberme dado todo esto, por cumplirme el sueño de toda mi vida, todo esfuerzo e interés que pusimos realmente valió la pena, el estar juntos, estar bien, tener salud todo.

Gracias a dios por haber puesto a mi esposo en mi camino, somos realmente felices y hablo por los dos, porque cada noche me repite que no se arrepiente del gran paso que dio y que desea tener una familia a mi lado.

Y pues así fue, mi historia desde que me pidió matrimonio hasta la fecha de casados, toda una novela. Así que si se puede.

Saludos.

Atte. Familia Treviño Jaramillo.