La boda de Ricardo y Patricia en Tlalnepantla, Estado México
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R&P
25 Oct, 2019La crónica de nuestra boda
¡El día más Increíble de nuestras vidas!
Querídas brides, quiero compartir con ustedes el mejor día de mi vida hasta ahora.
Me casé con el amor de mi vida, Ricardo Rodríguez y fuí la novia más feliz del mundo, se los prometo. Nos casamos en la hermosa hacienda ubicada en el norte de la CDMX, Ex Hacienda San Pablo de Enmedio.
Inicié mi getting ready a las 10:00 de la mañana, con mucho tiempo de anticipación (nos casamos a las 19:00 horas) ya que yo misma realicé mi maquillaje nupcial y no quería estresarme por nada, así que desde temprano llegué al hotel, puse mi musica favorita y me enfoqué en mi maquillaje.
La verdad, fue de las cosas que más disfruté. Cuando comenzaron las fotos con mi mamá casi lloramos al vernos y tenernos frente a frente. Ella sonrió al verme y se le llenaron sus ojos de lágriimas, estaba a sólo unos minutos de entregar a su niña; y yo me sentí tan feliz de tenerla, de poder compartir con ella el mejor día de mi vida. Fue un momento tan bello que quedará grabado en mi memoría por siempre.
Seguir leyendo »Sigo enamorada de mi vestido. Realmente me encantó, no me lo querÍa quitar y lo amo más porque mi esposo hizo todo para cumplir mi deseo de tener el vestido de mis sueños. Es tan bello que no lo supero.
¡La ceremonia fue demasiado hermosa!
Desde el momento que se tocaba la Marcha Nupcial, mi corazón desbordaba de emoción. Esa sensación de ir caminando hacia el altar, de saber que mi prometido me estaba esperando y ver a mis familiares y amigos me hizo estallar de felicidad. No me cabía la sonrisa en la cara, quería correr y abrazar a mi ahora esposo y también quería abrazar a cada uno de nuestros invitados. Cuando por fin llegué hasta el altar, ver a Ricardo me llenó de paz y demasiada felicidad. Ambos lloramos. Son tan sólo pequeños instantes que te desbordan el corazón. No tengo las palabras correctas para poder describir esa sensación.
Nuestros votos fueron la parte más bonita y emotiva de la boda. La gran mayoría de los invitados se conmovieron y lloraron con nosotros, incluyendo a nuestro DJ, los comentarios de lo emotiva que fue la ceremonia no faltaron. Ver y escuchar cada palabra de mi prometido llenaba más y más mi corazón de una alegría inmensa. Siempre pensé que esas cosas sólo pasaban en las películas y cuentos de hadas y resulta que lo viví en carne propia. Nunca me había sentido tan enternecida de tanto amor. Y entonces comprendí que tan poderoso es esa palabra amor.
Terminando la ceremonia, nuestros invitados nos acogieron con un largo camino de bengalas y desde ese momento ya no tenía porque contener todo lo que pasaba dentro de mi. Mi felicidad se desbordaba por cada poro de mi piel y todo mundo lo notó. Todos me decían que me veía radiante de felicidad y en efecto asi fue.
Nuestro vals, otro momento mágico.
Tal cual, como un cuento de hadas. Desde que inició nuestra canción me solté en los brazos de mi esposo y el tiempo se detuvo por un momento. Fue tan mágico, tan bello sentirme rodeada de sus brazos, tan protegida y en tanta paz. Nunca me puse a pensar si nos estaban viendo o no, sólo disfruté la música y nos dejamos llevar por la letra y la melodía. Durante el coro de la canción se detonó la pirotecnia, mi esposo me cargó y mis lagrimas se rodaron por mis mejillas. Estaba totalmente sumergida en esa atmosfesra de amor entre él y yo. Si me hubiesen dicho que viviría algo así nunca lo hubiera creído. Lo escribo y lo vuelvo a revivir, y estoy tan agradecida con Dios por haberme dado la dicha de vivir mi propio cuento de amor que superó toda expectativa.
Fiesta.
Todos disfrutamos la fiesta al máximo. Los invitados estuvieron super contentos bailando todo el tiempo. Aventar el ramo, la Marcha Fúnebre, los shots que hubo durante la fiesta fueron una celebración exquisita.
Me siento sumamente feliz de estar casada con un gran hombre y soy muy bendecida por tenerlo como compañero de vida, mi mejor amigo y el amor de mi vida. Saber que nuestra noche fue realmene mágica y que tuve la dicha de disfrutarlo a pesar de que nada fue como lo planeamos, pues yo soñaba con mi boda al aire libre y resulta que llovió y nos fuimos a carpa así que nada lució como lo había planeado, pero sin duda aprendí que no son las flores o la comida, o todos los extras que le puedas meter a tu boda, sino el pacto de amor que haces con la persona que amas. Todo lo demás es superfluo. Nada podria quitarme lo feliz que fuí el día de mi boda y lo feliz que me siento de revivir todo ello y poderlo compartir. Dios es bueno, Dios es amor y por fin lo entendí.
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