La boda de Ricardo y Judith en Cuauhtémoc, Ciudad de México
De noche Verano Dorado 5 profesionales
R&J
01 Ago, 2015La crónica de nuestra boda
Conocí a mi ahora esposo en la prepa, pero nunca fuimos nada (aunque él era mi amor platónico), pasaron los años -literal 20 años- y gracias al Facebook, me reecontré con mis amigas y amigos de la prepa, empecé a preguntarles por él y todos me decían que estaba loca, a lo que yo contestaba: "Qué tal que sigue soltero y se casa conmigo", y nada, que al parecer lo decreté.
Nos conocimos en abril de 2013, poco antes de nuestros cumples (él cumple el 26 de abril y yo el 29), empezamos a coquetear por Whatsapp -como él le bautizó a nuestras conversaciones- hasta que nos vimos para comer, después para cenar, después para ir al cine y hasta que me pidió que fuera su novia, el 13 de mayo de 2013, a partir de ese momento, ya jamás nos despegamos, empezamos a ir juntos a todos lados y no queríamos estar mucho tiempo sin vernos.
El 14 de febrero de 2014 nos casamos simbólicamente en unas bodas al estilo Las Vegas que hicieron en la Torre Latinoamericana y el 13 de diciembre de 2014, me entregó el anillo de compromiso real y verdadero.
Seguir leyendo »En enero decidimos que la fecha sería el 1° de agosto y a partir de ese momento empezamos los preparativos, queríamos algo íntimo con nuestros amigos de toda la vida (de la prepa), mismos amigos que nos apoyaron con todos los preparativos, el día que fui por el vestido, lloramos, mis damas, mi mami y mi hija... todas.
En todo momento decidimos todo juntos, a pesar de que él ya se había mudado a Querétaro, aprovechamos los fines de semana para todos los pendientes. Finalmente llegó el gran día, él amaneció con dolor de espalda y de estómago (estaba más nervioso que yo) nos fuimos juntos al salón de belleza, él a cortarse el pelo y yo a que me maquillaran y peinaran.
Regresamos y en casa ya era toda una revolución, aunque yo trataba de estar calmada, todos estaban demasiado nerviosos. Empezamos a cambiarnos, cada quien por su lado, porque decidimos que no vería el vestido hasta la Iglesia, mientras me ponía el vestido rodaron un par de lágrimas por mis mejillas, estaba muy emocionada viéndome vestida de novia, mi sobrinita super emocionada también, en fin... finalmente todos se fueron a la Iglesia y yo me quedé unos momentos observándome vestida de novia y feliz.
Sabía que ese momento no se repetiría. Ya en la Iglesia, la lluvia amenazaba con empaparnos, pero finalmente sólo quedó en llovizna.
Y entonces; el gran momento, la Iglesia hermosa, las flores blancas, la alfombra roja y yo entrando del brazo de mi hermano porque mi papi ya no está físicamente con nosotros, suena la entrada nupcial y a lo lejos veo a mi amor, todo guapo y emocionado casi hasta las lágrimas -después me comentó que me veía hermosa, que el vestido le pareció muy lindo y que estaba realmente feliz de casarse conmigo-.
El padre dió una misa divina, nuestros padrinos y madrinas-damas nos dieron las argollas, arras, biblia y lazo (todo realmente hermoso) mientras nosotros emocionados y nerviosos, nos mantuvimos siempre tomados de la mano, yo sentía que él me detenía y él sentía que yo lo apoyaba (eso nos platicamos despúes).
Salimos hacia el salón donde ya nos esperaban nuestras familias y amigos cercanos, quienes estaban felices de que el "incasable" por fin conociera a alguien que lo hiciera "sentar cabeza" y por otro lado que yo finalmente viera mi sueño hecho realidad al casarme con un gran hombre que me ama por sobre todas las cosas.
Tuvimos nuestra ceremonia civil ahí mismo para después bailar nuestra primer canción como esposos "Te Amaré" de Miguel Bosé que mientras bailábamos abrazados, mi amor me cantó toda la canción al oído. Yo dije las palabras del brindis porque él me dijo que yo soy la buena escribiendo.
Mi discurso era básicamente de agradecimiento a todos por acompañarnos antes, durante y después de los preparativos de la boda y finalizó con las siguientes palabras: "gracias a ti amor, por enseñarme que nunca es tarde para cumplir un sueño, aunque tengas que esperar 20 años, te amo".
No paramos de bailar, cenamos muy rico y comimos un delicioso pastel de chocolate, para finalizar con la llegada del mariachi y uno que otro palomazo de nuestros amigos y familiares. Terminamos muy cansados pero muy felices de que no hubo ningún momento incómodo ni ningún familiar que hiciera el "oso" ni nada por el estilo, simplemente todos festejamos la nueva etapa de nuestras vidas, llenos de amor y buenos deseos de todos nuestros allegados. Y esta historia continuará.... Besos.
Otros Proveedores
Otras bodas en Ciudad de México
Ver todas
Zunzún Jardín Insular
Ex-Hacienda San Pablo de Enmedio
Jardín Bosque del Pedregal
Inspírate con estas bodas
Deja tu comentario