La boda de Ricardo y Hayar en Mérida, Yucatán

La crónica de nuestra boda

Después de un año de planeación, el gran día llegó. Ese sábado 26 de noviembre de 2016 era una fecha tan esperada para mi prometido y para mi y por supuesto para nuestra familia.

Comenzó el día lleno de muchas emociones y sobre todo los nervios al mil. Comencé por leer una carta que mi prometido me había escrito exactamente hace un año, la cual me conmocionó y definitivamente después de terminar de leerla estuve aun más segura de que era el hombre que quería para mi. Desde luego el día comienza y las llamadas a proveedores, familia y amigos no paraban todos al pendiente de qué hacía falta o qué necesitábamos. Las horas transcurrían comenzaba mi taquicardia de la emoción, el maquillaje, el peinado, tocado, puesta del vestido, accesorios, etc.

Estaba ya a unas horas del encuentro con mi prometido, creo que era uno de los momentos más esperados por ambos, porque sabíamos que a través de una fotografía quedaría sellado nuestro amor y a una hora de jurarnos un amor eterno. Al estar ya lista hicieron un primer encuentro con mi papá que hace 11 años no veía. El corazón me latía porque me sentía como una pequeña al reencuentro con su padre y vinieron a mi mente momentos maravillosos de mi niñez a su lado. Las horas pasaban, mamá junto con mi hermanita me ayudaban en todo y llegó el momento del reencuentro con mi futuro esposo. No tengo palabras para describir ese momento, los 2 quedamos anonadados al vernos, lloramos, sonreímos y me dijo estás hermosa y, por supuesto, él igual se veía espectacular. En seguida se llevó a cabo la sesión mientras iban llegando las damas, pajes, padrinos, etc. Concluimos la sesión y ese mismo día se llevó acabo la ceremonia civil, un momento muy íntimo con familia y amigos pero lleno de mucho amor. De ahí procedimos a la ceremonia religiosa que fue en Mococha porque de ahí soy procedente, yo creo que los nervios aumentaban aunque ya había visto a mi esposo, ese momento que toda niña o adolescente sueña entrar a la iglesia del brazo de su papá y entregarla creo es una de las partes más bonita o esperada. Pues ese momento llegó, entrar del brazo de mi padre y caminar hacia el altar y ver parado ahí al hombre con quien compartiría el resto de mi vida, las palabras que mi padre le dijo a mi esposo fueron tan emotivas ya que soy la primera hija que se casa: "cuida a mi tesoro más preciado, porque así como te la estoy entregando, quiero que siempre la hagas feliz". Tanto a él como a mi nos conmocionó.