La boda de Ricardo y Dejanira en Campeche, Campeche

Llegué al salón y tuve que esperar 3 horas para que lo abrieran a tiempo que puse usar para otras cosas. Ensayé casi a las 9 mientras llegaban los centros de mesa y todos los artículos que se regalarían en la recepción.

A las 2 p.m me retiré para llevar todo mi atiendo y cosas importantes al hotel en donde me vestiría y a las 3:30 p.m llegué al salón de belleza. La verdad la chica fue rápida, me encantó como quedé, pero el chofer se llevó el carro porque no había comido y me dieron las 6:30 p.m esperándolo.

La ceremonia religiosa era a las 7 p.m y yo estaba fácil a 30 min de la iglesia y aún no tenía ni el vestido puesto, llegué al hotel 6:50 p.m, me vistieron y llegue a la iglesia 7:00 p.m.

El sacerdote ya estaba en la puerta y apenas alcancé la bendición, con las prisas se nos quedaron los anillos, las arras, el lazo, la biblia, pero mis damas se dieron cuenta a tiempo y antes de que el padre los pidiera ya estaban de regreso con cada cosa.

La ceremonia religiosa concluyó, todo salió bien y nos movimos a la recepción que empezaba a las 9:30 p.m, pero como tenía una pequeña sesión de fotos previa en el salón llegamos 9 en punto.

Los invitados decidieron llegar antes y allí empezó el problema, ya que los meseros abrieron la puerta antes de tiempo y ya no pude tomar las fotos. La persona que se encargaría del acomodo de las mesas aún no llegaba y se amontonaron en la puerta, así que desde el camerino tuve que organizarlos a todos por llamada con una de mis damas.

Las cosas se calmaron hasta que me dijeron que el maestro de ceremonias no llegó, así que tuve que pedirle al DJ que nos ayudará con la presentación, salimos a la pista para presentarnos, luego bailamos nuestro primer vals y luego el vals con nuestros padres y familiares y de allí en adelante todo salió perfecto.

Nos divertimos como nunca y las personas nos decían que les contagiábamos la alegría, bailamos muchísimo y a las 12 de la noche mis papás nos llevaron mariachis, fue un hermoso detalle.

Los invitados bailaron hasta que se acabó la fiesta y nosotros lo disfrutamos como nunca, quisiera que el día hubiera durado más pero sin duda fue el mejor día de nuestras vidas.