La boda de René y Ingrid en Ciudad Ixtepec, Oaxaca

Saliendo de la iglesia iniciamos la procesión con compañía de una banda en camino a la casa de nuestros padrinos, donde se haría la bendición la cual consiste en que nuestros padrinos montarían un altar en su casa y nosotros ahí nos hincaríamos, en un petate nuevo, para recibir la bendición de nuestra familia más cercana. Después de ese momento nos fuimos al fin para la fiesta de recepción, llegamos y todo muy bien.

El salón quedó bien y las mesas se veían muy bonitas, la gente se acomodó perfecto porque habían mesas tanto grandes como más chicas, la comida se sirvió bien y a tiempo y todo estaba delicioso. Después de la comida comenzó el protocolo de fiesta con el brindis, ni sé con que brindamos así que en mi opinión no inviertan en eso de licor especial y copas porque es un momento muy rápido que ni cuenta se da uno. De ahí fue el vals de los novios y elegimos la canción de “Tanto” de Alexander Acha, estuvo muy emotivo ahí si no resistí las lágrimas. Luego hicimos el baile de la cola y el ramo, ahí es diferente: todas las mujeres forman un círculo alrededor de la novia y la novia tiene los ojos vendados, así pasan todas a sacudir a la novia y darle vueltas y al final de la canción la novia tiene que entregar el ramo sin ver y le tocó a mi cuñada, que estaba infartada. Ahí verán la foto de su cara. Al final fue el tradicional baile del mediu xhiga (son de cooperación) donde todos aportan para la nueva vida de los esposos, ahí la gente pasa y deja billetes y se les da un cantarito de barro con el que bailan y al final lo rompen frente a los novios, está muy padre la tradición.

Y así llego al final de mi crónica. La verdad todo salió excelente y amé mi boda, ¡fue un sueño!