La boda de Rebeca y Edgar en Tultitlán, Estado México
Vintage Otoño Morado
R&E
18 Nov, 2017La crónica de nuestra boda
Quizás la mayoría de los novios no nos involucramos en su totalidad en el proceso de planeación de la boda; ya sea porque el tiempo no nos favorece o porque simplemente no somos así y se nos hace más fácil dejar esa tarea a las novias.En mi caso, efectivamente, fue por falta de tiempo y el hecho de tener una mente cuadrada respecto a cómo debe ser una fiesta de boda, no sabía que había un save the date y elegir el lugar adecuado, la ropa adecuada, el tema, etc.
Elegir bien a las damas de honor y a los best men, y con ello el color de los vestidos, el color de las camisas (¿saben todo lo que ello implica?); escoger la temática, estar a doc con la temporada, escoger los arreglos florales, el arreglo de la mesa principal, los recuerdos, cabina de fotos etc. En fin, esos pequeños detalles que hacen realmente lucir ese gran acontecimiento; tu boda. Hoy por hoy valoro todo ello ya que durante ese proceso de planeación fue mi esposa quien tuvo las ideas, me puso al tanto de lo que se acontece y llevo a cabo cada una de las ideas y acciones que, con admiración y orgullo, presentó en nuestra celebración. Ese día llegó, en el transcurso de la mañana cada uno en sus cosas, yo preparando mi traje (clásico pero espectacular) tratando de hacer todo lo posible para llegar a tiempo, no sin antes hacer llamadas para saber que todo marchaba bien, pasar al salón para saber que todo estaba en orden, ahora sí, a la iglesia.
Seguir leyendo »Aquellas personas que dicen "no, no hay por qué llorar ese día" pues mienten. Nunca olvidaré el momento en que mi esposa llegó a la iglesia de la mano con su padre, se veía radiante, hermosa, única con su vestido, su tocado, su peinado, su perfume, sus zapatos, su mirada y sí, hubo lágrimas de felicidad, con un nudo en la garganta la tomé de la mano y nos dirigimos al altar. Durante la misa sólo me concentré en lo que el sacerdote nos indicaba y ella tomando mis manos, sin duda el momento en que dijo "sí, acepto" fue hermoso. Terminando la misa fueron pasando cada uno de nuestros acompañantes y hasta entonces me di cuenta de todos ellos. Ya en el salón nos casamos por el civil, estábamos nerviosos ya que el Juez no llegó a tiempo, sin embargo, todo salió en tiempo y forma. Cada una de las cosas salió a pedir de boca: los alimentos, la música, el ambiente, los recuerdos, la cabina de fotos, el servicio, el programa, la Víbora de la Mar, el pastel, nuestro primer baile. Todo lo anterior fue un evento excelente y fue gracias a la labor y el amor que mi esposa puso en cada uno de ellos. Fue todo un éxito y hoy estoy orgulloso de la mujer que elegí para ser parte de mi vida. Espero lean mi experiencia y aquellos novios próximos a casarse no se conformen con comprar el anillo de compromiso, comprar el vestido, pagar el salón y la luna de miel; disfruten el camino antes de llegar a la meta, saboreen cada momento previo, que se les quede impregnado cada olor y la foto en su memoria de las veces que fueron a buscar el vestido, el traje, el lugar que eligieron para su luna de miel, el trato de las personas que eligieron para sus padrinos. Recuerden, casarse es sólo una vez en la vida y esas experiencias y esos momentos son invaluables. Gracias.
P.D. Te amo Rebeca.
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