La boda de Poncho y Mary en Tlalpan, Ciudad de México
De noche Invierno Azul 5 profesionales
P&M
07 Dic, 2019La crónica de nuestra boda
El día más emocionante y mágico de nuestras vidas, relatado desde la perspectiva de la novia. Ese día estaba tan nerviosa que daba mil vueltas por mi casa sin poder meterme a bañar. Hacía muchas cosas y a la vez no hacía nada, cuando finalmente me metí a bañar y estaba logrando relajarme, tocaron el timbre y ¡oh, Dios, era la maquillista! Quien había llegado media hora antes de lo acordado (agradezco su puntualidad, pero qué estrés ja, ja). Y, bueno, salí corriendo de bañarme y ellas ya habían preparado todo para comenzar a arreglarme.
Con toda la emoción del mundo me senté en la silla y ocurrió la magia. Después de casi tres horas horas, yo estaba con un hermoso peinado y maquillaje. El equipo de la maquillista ya estaba guardando las cosas mientras yo me ponía el vestido. Mi mamá me ayudó, pero hicimos un desbarajuste y me arruiné el peinado un poco, así que la mamá de la maquillista nos tuvo que auxiliar y la peinadora me arregló otra vez el peinado. En serio, ellas me salvaron la vida ese día y aprendí que de ser posible el vestido se pone de abajo hacia arriba, no al revés o arruinarás tu peinado.
Seguir leyendo »Yo estaba lista una hora antes de la ceremonia. La parroquia queda a una cuadra de casa, y vaya sorpresa, me llama mi amigo quien se supone que iría por mí en el carro, diciéndome que se la hecho tarde y no podrá pasar por mí. ¡Casi me muero ja, ja, ja! Le llamo a mi novio y me dice: "¿Por qué no te vas caminando?" ¡Ja, ja, ja, ya me veía yo con mi vestido agarrado para ir corriendo a la parroquia! ¡Fue horrible! Tuve que hacer mil llamadas para ver quien iba temprano y podía pasar por mí.
Finalmente mi novio también hizo muchas llamadas y le habló a su prima, quien también era mi dama de honor y ella iba con muy buen tiempo. Pasó por mí y me ayudaron a ponerme la bendita cola del vestido, que no se dejaba. Y bueno, la cuestión es que solo faltaban 10 minutos para comenzar y yo apenas iba saliendo de casa. En eso, mientras me meto al carro, llega mi novio diciéndome que le andaba de la pipí y que iría corriendo a casa ja, ja, ja. ¡Yo ya no sabia si reír o llorar! Pero mi novio pasó corriendo con los ojos medio tapados para no verme antes de la misa. Fue épico, pero finalmente llegamos ambos a tiempo a la misa, batimos tiempo récord.
Ya en la entrada de la parroquia, yo solo pensaba "este es el día Mary, disfrútalo, estás aquí". Me repetía eso porque yo sentía como que estaba soñando. Mis damas de honor me decían que me veía increíble y yo me sentía super contenta. Mi novio ya estaba en el altar y mi corazón latía a mil por hora, le agradeci a Dios por ese momento y le encomendé nuestro día. La misa fue hermosa, fue el momento que más disfrutamos, mi novio pasó a decir unas palabras durante la misa: "Papás, suegros, no se preocupen, porque esto está en manos de Dios, no en mis manos". Todos los momentos de la misa fueron bellísimos, sentimos el amor de Dios en todo su esplendor. Fue mucha gente a la misa, casi estaba llena la parroquia, lo que nos dio mucho gusto, pues para nosotros, la misa era lo más importante.
Después fuimos a la sesión de fotos y fue muy divertido, los fotógrafos muy buenos. Aunque era ya de noche, lograron hacer muy buenas tomas, aunque nos demoramos mucho y llegamos tarde al salón. Las cosas no saldrán como las planeas, créeme.
Ya en el salón, nos tomamos muchas fotos con los invitados. Después fue la comida, comimos crema de zanahoria, lomo y papas gratinadas. ¡Estaba exquisito! Hicimos nuestro baile y fue un momento muy mágico. Sentía que solo estábamos mi esposo y yo bailando. Nos abrazamos muchas veces durante el baile. Los ojitos de enamorado y amor de mi esposo de ese momento nunca los olvidaré. Pusieron nuestro video. Yo tenía una sorpresa para mi esposo. Le había grabado una canción. ¡Pero vaya sorpresa! El audio no se escuchaba y el del salón dijo que no tenía remedio. ¡Falla rotunda del salón! (Falla 1, porque fueron dos). Sin embargo, como solución decidí cantarle en vivo. Yo no quería hacer eso porque temía equivocarme por los nervios, ¡pero no fue así! Salió muy bien y mi esposo disfrutó mucho de que yo le cantara en vivo. ¡Fue maravilloso! Un error se convirtió en una bendición.
Continuó la fiesta, disfrutamos mucho cada momento. Nuestra mesa de dulces estaba bellísima, la hizo mi mejor amiga, Evelyn. Nuestros padrinos de velación estuvieron al pendiente en todo momento de que todo saliera bien. En el brindis, agradecí a cada una de las personas, porque literalmente sin el apoyo de cada uno de ellos, la fiesta no hubiera sido posible. Recibimos muchísima ayuda económica y estamos infinitamente agradecidos con ellos por todo su apoyo. En la fiesta compartimos con los invitados, festejamos el amor de mi esposo y yo y el amor que nos tenemos todos.
La fiesta se paso de volada, cuando vi ya casi era hora de terminar y bueno... ¡No hubo pastel! Al del salón también se le "olvidó" eso. No quiso reembolsar lo justo y medio discutimos con él al final de la fiesta. Pero ya no quisimos engancharnos más con eso y lo dejamos así. En resumen, fue una boda maravillosa, con sus detalles y cosas que salen de tu control. Creo que eso no puedes evitarlo, ¡pero lo importante es disfrutarlo, salga como salga! Gracias a Dios por todo y a toda la gente que nos apoyó, infinitas gracias.
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