La boda de Pablo y Gaby en Tijuana, Baja California

Camino a la iglesia, ¡nervios totales! Nosotros nos casamos por el civil el 26 de octubre de 2017, pero aun así... ¡Ésta era la grande! Nervios y todo tipo de emociones a flor de piel. Llegamos a la iglesia y un desastre, porque la boda previa no se salía y el padre nos apuró. La verdad, ¡eso no me gusto! Nos apuró muchísimo y mi mamá no pudo entrar con mi hermano ni algunos padrinos y, la verdad, entré estresada. Apenas alcanzaron a tocar la marcha nupcial cuando entramos mi papá y yo.

Pero, aunque no fue lo que planeaba, cuando lo vi a él todo se me pasó. Fue un momento tan bonito verlo con esa sonrisa. Llegué al altar y me dijo: “Te ves hermosa”, y me derretí. ¡Se veía guapísimo en su tuxedo! Me volví a enamorar. Ahí, en ese momento, dije basta, cero estrés y puro disfrutar. Y así fue, varias cosas ocurrieron en la misa, ¡pero nos valió! Al final todo fue lindo. Miles de fotos al final de la misa y cuando salimos prendieron luces de bengala... Se veía hermoso todo.

De ahí nos fuimos al hotel donde sería la recepción, ya que nos prestaron un salón en el piso de arriba para tomar fotos familiares. Tardamos como hora y media en las fotos, pero valió la pena. Por fin hicimos nuestra entrada triunfal y fue hermoso. El salón se veía lindísimo, mejor que como me imaginaba. La verdad es que valido la pena tanto estrés y planeación. Yo no contraté wedding planner, todo lo hice yo con ayuda de mi familia. Una amiga de la familia me ayudó a decorar la mesa de postres, pero fue todo. Los meseros y el equipo del hotel pusieron las mesas como les pedí, pero los números de mesa, menús y demás, todo lo hicimos nosotros. Honestamente, es pesado involucrarse tanto uno solo, pero el resultado final lo vale y la satisfacción de haber hecho algo lindo.

Para las que tienen oportunidad de contratar wedding planner, es buena idea, ya que no andarán como locas la última semana y ese día es su wedding planner quien verá que todo se haga, porque a mí justo un día antes se me ocurrió confirmar con todos mis proveedores, y qué bueno que lo hice, porque el florista se confundió de fecha y no me tenía nada... Me dio un microinfarto, pero bueno, al final todo salió hermoso.

Entramos al salón y todos aplaudieron. Nos pusieron un video de recopilación de fotos que hicieron los del video y unas imágenes que nos tomaron en la playa... Mis tías llorando de la emoción y, la verdad, a mí también me dieron ganas de llorar, fue muy lindo. Vino la cena, 3 tiempos, ¡super deliciosa! Y de ahí nuestro vals. Me encantó. Nuestra canción fue "Comó pagarte" de Carlos Rivera, y fue hermoso. El vals con los papás y hermanos. De ahí, el DJ sugirió el baile del billete y fue buena idea, la pasamos muy bien. Nos dieron muy buenos regalos en efectivo, que pusimos en un cofrecito para que no nos picaran con alfileres, ¡y nos sirvió muchísimo esa ayuda!

De ahí siguieron el ramo y la liga. Compramos velos para las chavas y mandiles para los chavos. Estuvo muy divertido. Las chavas no corrieron, pero los chavos iban rapidísimos con la víbora de la mar, todos la pasamos super bien.

Después de eso, una sorpresa: nuestro baile sorpresa. A Juan Pablo se le olvidó todo en cuanto empezamos de los nervios, tanto que practicamos. Al final salió bien y fue super divertido. Entraron amigos a bailar con nosotros en las últimas canciones. Todos dijeron que les encantó y que le dio un toque super nuestro a la fiesta, lo cual nos hizo muy felices. ¡Utilizamos el marquito en forma de combi que nos regaló mi hermana y algunos letreros hermosos!

De ahí, la fiesta siguió hasta que literal nos corrieron, ¡ya iban a cerrar! Todos fue divertidísimos. A medio bailes partimos el pastel y, como todos estaban bailando, nadie comió pastel, pero nos lo llevamos a la tornaboda y se acabó ahí. Se nos olvidaron los monitos del pastel ese día, pero igual en la tornaboda los pusimos y todos los vieron.

La verdad, es que fue un gran día, hermoso y lleno de alegría...