La boda de Oscar y Martha en Celaya, Guanajuato

La crónica de nuestra boda

El día de mi boda desperté y no podía creer que al fin había llegado, meses de planeación, preocupaciones y mil emociones, pero por fin, todo estaba en su lugar e iba a casarme con el amor de mi vida. Algunas semanas antes mis amigos y familia nos habían llenado de sorpresas, comenzando con un bridal brunch con nuestros amigos, una cena de despedida con nuestras familias, palabras hermosas y hasta una plantita que mi hermano sembró el día que mi ahora esposo me dio el anillo, la cuidó durante un año para regalárnosla en nuestro nuevo hogar.

Todo pasaba por mi mente mientras me maquillaban y peinaban, no podía creer la cantidad de amor que habíamos recibido los últimos meses, en definitiva todas eran buenas señales. Por último, me puse el vestido, suspiré, es hora de irnos, llegamos al final de las fotos, vi a mi prometido de lejos y fui acercándome poco a poco, cuando el volteo para verme vi la reacción que esperé durante tantos años, su felicidad y su cara de emoción, por supuesto unas dos o tres lágrimas, ya nada faltaba, faltaban unas horas para dar el sí en la iglesia.