La boda de Omar y Violeta en Tepotzotlán, Estado México

La crónica de nuestra boda

Pues así inicio mi día tan especial, me levanté a las 6:30 de la madrugada (ya que la misa era a las 11 am) y me bañé. La maquillista llegaría a las 7:30 am, pero llegó hasta las 8 así que mejor decidí desayunar vastamente. Subí, me maquillaron, me vestí (mi mamá me diseñó y confeccionó mi vestido). Salí hacia la iglesia, ahí ya estaba mi ahora esposo esperándome. Entramos, la iglesia estaba tan llena de flores que no podíamos pasar por el pasillo principal los dos. De los nervios se me olvidó el ramo de la Virgen y de mis damas, después fueron por ellos y todo se arregló. La misa fue linda, el padre un poco intolerante con la gente que se acercaba a tomar fotos. Me cantaron el Ave María al salir y todo transcurrió perfecto a la salida, fotos y más fotos.

Ya en el Jardín hubo una recepción con cocktelería de una hora que, por cierto, hacía demasiado calor y les cayeron muy bien las chelitas que dimos. Yo pasé al jardín con mi esposo y mis damas para las fotos y cuando entré quedé encantada, justo como había imaginado había quedado el jardín, lila y vivos morados, una puerta vintage adornaba la parte de atrás de la mesa de los novios. Todo fue bonito, la comida les encantó y la bebida. El servicio fue muy bueno y, sobre todo, la actitud de todos los invitados. Fue genial desde un principio, bailaron y nosotros hicimos un baile sorpresa que les encantó. Teníamos contratadas siete horas pues todos nos gritaban que no se iban, tuvimos que contratar otras dos horas más en el jardín. Todos quedaron muy contentos y yo cansadísima pero feliz.