La boda de Nalley y Angel en Ciudad Juárez, Chihuahua

La crónica de nuestra boda

Despertar a las 7 de la mañana con la emoción de saber que ese era el día que habíamos esperado por poco más de un año, un año de preparativos, ahorrar, buscar, soñar, imaginar, encontrar, cambiar de ideas, reír, renegar, llorar, hacer las paces, platicar, salir, querernos, madurar, aprender, crecer juntos y mil cosas más que pasamos ese día ya era realidad había llegado nuestra boda o como la comunidad me enseño el día B; confiada y feliz de que todo lo habíamos planeado y que con la bendición de Dios todo saldría bien, tomar un baño e irme al salón con mi mama a arreglarlos y pasar las últimas horas de soltera con ella, regresamos y ya estaba la mayoría de la familia en la casa listos para irnos a la iglesia, subí a vestirme con la ayuda de mi abuela y mi mama; baje las escaleras lista para salir de la casa rumbo a la iglesia no sin antes recibir la bendición de mis padres y que nos gana la emoción. Las primeras lagrimitas de alegría del día.

Llegamos a la iglesia y ver a mi ahora esposo con una sonrisa en el altar me hizo sentir más segura y feliz, compartir ese momento con las personas más importantes en nuestras vidas incluso con las que no pudieron estar físicamente pero si en nuestros corazones; el saber que desde el instante en que dijimos Si acepto. Estamos unidos para toda la vida con la bendición de Dios es de los momentos más hermosos de toda la vida. Tanta fue la emoción que no nos dimos cuenta que le puse el anillo en la mano equivocada a mi esposo hasta dos días después.