La boda de Mary y Carlos en Bahía de Banderas, Nayarit

Después de 8 meses como bien dicen que dos es mejor que uno, entre mi novio, que ahora es mi esposo, y yo logramos nuestro cometido, al fin teníamos todo listo para nuestra boda.

Se llegó el miércoles 21 de mayo, día de empacar, oh Por Dios que rápido pasa el tiempo, todo ese día fue de locos. Desde temprano, empacar vestido, traje, copas, velo, ramo, zapatillas, etc. Por la noche a las 11:30 pm arranca el autobús con destino a La boda del año.

Jueves 22 por la mañana, gracias a Dios llegamos, pero con un hambre y un calorón que lo único que queríamos era meternos al mar. Después del registro y asignación de habitaciones directo a desayunar. Era nuestro último día de solteros y relax antes de la boda y teníamos tanto que disfrutar, familiares y amigos reunidos para un mismo fin eso es lo mejor de todo mi vida a gente que más quiero reunida y a disfrutar se ha dicho.

Viernes 23, el día de mi boda, nuestra boda no podía creerlo, obvio despierta desde temprano, bañadita, desayunadita directo a mi cita en el spa, peinado y maquillaje me esperaban. 4:00 pm en punto ya con mi vestido hermoso, peinada y maquillada salgo de mi suite directo a la capilla donde ya me esperaban ansiosos, ah eso si super puntual el novio, ahora si todos reunidos que comience la ceremonia.

Moría de nervios pero una felicidad invadía todo mi cuerpo, el día tan esperado por fin habría llegado. Caminando hacia el altar tomada del brazo de mi padre, que ahora Dios lo tenga en su santa gloria, sentía la mirada de toda la gente que nos acompañaba, mi cara no sé si era de felicidad, nostalgia, nervios no sé, todo a la vez, es un sentimiento que recorre todo el cuerpo. El brazo de mi padre sudaba y veía su cara con una tristeza profunda pues entregaba a su hija preferida (como él me lo decía), pero a la vez de felicidad de ver que realizaba mi más grande sueño hasta ahora.

Bueno llegué al altar donde ya me esperaba mi querido esposo, que de igual manera moría de nervios, entonces la ceremonia siguió su curso, los anillos, las arras, el lazo, el ramo, hasta que el sacerdote mencionó las palabras mágicas: Lo que Dios acaba de unir, que no lo separe el hombre, fue ahí cuando me cayó el 20 que ya era su esposa, su amiga, su amante, su vida, su todo hasta que la muerte nos separe. Los invitados aplaudían, unos lloraban de la emoción, reían, agitaban la mano por el calor que hacía, pero todos unidos en un mismo sentimiento, felices por el matrimonio que acabábamos de formar.

De camino a la salida de la capilla entre pétalos de rosas y burbujas, me sentía más relax, los nervios habían pasado, ahora todo era amor y dulzura, nos dirigimos a la ceremonia de arena, donde refrendamos nuestro más profundo amor, con dos frascos con arena de diferente color donde cada grano representa un momento, sentimientos y acontecimientos que formaron parte de nuestras vidas por separado, donde los granos de arena se mezclaron y no podrán volver a separarse, sellando así ese momento mágico con un beso lleno de amor.

Ahora sí, comienza la fiesta, la recepción estaba lindísima todas las mesas con mantelería blanca, un toque de romanticismo con velas, rodeada de antorchas y telares blancos, la pista iluminada y la mejor música que pudimos haber elegido, así comenzó la cena, con un delicioso menú que me ayudaron a elegir aquí en esta página de bodas.com.mx en un debate que abrí. Menú, fiesta tropical, camarones, ceviche, espadas de carne asada, volcanes, sopa de mariscos, y ni se diga de la mesa de postres exquisita.

Después se llegó la hora de nuestro primer baile como esposo, fue la canción de Hasta mi Final de ILDivo, fue un momento mágico, la pirotecnia fría añadió un toque maravilloso justo en el momento de mayor emoción, bailamos únicamente el vals con nuestros padres, para después comenzar abrir pista con el baile. Las canciones que sonaron en esa noche todas las elegimos nosotros y la verdad hicimos muy buena elección, nuestros invitados se divirtieron a lo grande y para nosotros eso fue lo mejor una gran satisfacción ver a la gente que quieres feliz y muy a gusto; de ahí todos nos fuimos aventar a la alberca, obvio yo me cambié de ropa, y fue así que terminó el día más feliz de mi vida.

Lo mejor que he vivido, así resumo este gran día. Espero les guste mi historia de boda.