La boda de Marco Antonio y Betzabeth en Tláhuac, Ciudad de México

En el jardín El Rosedal, al terminar la ceremonia religiosa, tenía una vista nocturna espectacular que había prendido todas sus luces para enmarcar el acontecimiento, antes recibieron a nuestros invitados las damas de honor el novio y sus papás.

Estuvo un saxofonista muy profesional tocando románticas melodías mientras se servía nuestra exquisita cena: sopa de lote y luego el primer plato al que le seguirían varios más. Todavía en la madrugada llegaron unos deliciosos chilaquiles, y de repente cambió de ritmo para empezar a bailar, la pista nunca estuvo vacía, unos nos sentábamos y otros se paraban, hubo ritmos para todos los gustos, los muchachos del grupo nunca dejaron de tocar, sólo se alternaban, pero siguieron hasta las dos de la mañana en que finalmente terminó con un mariachi.

No faltó la tradicional víbora de la mar, aventar el ramo, la liga, aventaron al novio en una alberca… gracias a Dios no se me enfermó. Nuestro primer baile fue solamente nosotros dos con la canción de 50 Sombras de Grey, de The Weeknd, “Earned it”, seguido se unieron mis damas de honor con la canción de Grease, “You're the one that I want”.

Las personas más importantes estaban ahí, todos con ganas de divertirse, todos cumpliendo un ritual de amistad, todos sin mayor compromiso que el que dicta el cariño, nadie por “cumplir”, menos por quedar bien, solamente por el gusto de compartir momentos de felicidad con amigos que celebraban la vida, al celebrar el matrimonio de sus hijos. Una boda es siempre motivo de felicidad, somos nueva pareja que decide unir sus vidas para iniciar una nueva familia, y estamos agradecidos con Dios que todo saliera perfecto…

Nuestros papás, pueden estar satisfechos, la boda fue todo un acontecimiento. La organización da buenos resultados, de verdad esfuércense, pregunten, no se queden con la duda de nada, recuerden: están pagando un servicio.

Todos nos levantamos tarde el domingo, nos preparamos para otra fiesta, mi amada suegra nos hizo una torna fiesta. Se dio carnitas arroz, un DJ, un imitador, mi esposo y yo quedamos con una sensación agradable y mil anécdotas qué platicar; tuvimos un largo noviazgo de 5 años que culmina en una boda maravillosa, esperada y deseada.

Gracias por leerme y por permitirme compartir con ustedes esos momentos tan especiales con los amigos.