La boda de Karina y Carlos en Huatulco, Oaxaca

La crónica de nuestra boda

Bueno pues después de una de vueltas y sucesos que ocurrieron antes de la boda (nada que pusiera en riesgo nuestra unión) pero si un pie roto (hermana) ponchadura de llanta en el viaje (yo) carro sin batería (yo) olvido del traje (novio) etc. etc., llegó el día esperado, el cual como a toda novia es irrepetible, inolvidable e incomparable, llegamos desde un día antes junto con la mayoría de los amigos y familiares (invitados) y después de varios años nos reunimos la mayoría, hubieron quienes viajaron de otros estados (México, Puebla, Playa del Carmen, Chiapas, Monterrey, etc), y un amigos de mi hoy esposo que literal cruzó el charco (Dinamarca), lo cual significó muchísimo para nosotros ya que gracias a ellos ese fin de semana estuvo genial, la recepción fue en el Hotel Barceló y creo que salieron perdiendo con esos de los tragos Premium, meros chuchos todos.

Por fin llego el día indicado, la verdad dentro de todo estuve muy tranquila, solo ansiosa para que llegara la hora, y por fin 4:30 habíamos acordado "vernos" (solo yo a él) para entregarle un reloj de regalo de bodas y posterior a eso lanzarnos a la iglesia, ya en recepción pues definiendo detalles y vámonos, me había hecho coco wash para que en la iglesia no llorara pero al ver a todos, el lugar, la felicidad que emanaba de todos fue imposible, ya en la iglesia mi papá con su gran sonrisa, por un lado amigos tomando fotos y grabando y otras llorando yo logré controlarme demasiado pero pues el sentimiento era inevitable, al entrar a la iglesia y medio ver a todos (porque si los veía fijamente hubiera sido devastador, no hubiera podido controlar la chilladera) pero bueno, mi mamá y mi hermana ni se diga (llore y llore), la ceremonia fue oficiada por el padre de mi parroquia y estuvo divina, el coro, y lo mejor para mí fue ver en los ojos de Carlos ese gran amor que siente por mí al momento que me entrega mi papá, y pues yo como explicarlo, sonrisa de oreja a oreja, nudo en la garganta y lágrimas acumuladas a punto de salir, llegó el momento de aceptarlo como esposo y ahí no pude controlarme más y fue una especie de llanto, risa, nervios pero bueno inhalar profundo exhalar y por fin salieron mis palabras entrecortadas aceptando a el hombre de mi vida, como compañero fiel, amigo, esposo y amante para toda siempre, con mi bendición de Dios Padre, es una experiencia increíble (nótese el gran amor que le tengo) y pues la gran sorpresa y lo inesperado a nuestra salida de fondo suena la música con el que sería nuestro vals (hasta el final - Il Divo), bien dicen que lo que no planeas sale perfecto y así fue, pero bueno, terminando fotos y abrazos y buenos deseos y de ahí otra vez al hotel ahora si a la fiesta.