La boda de José Manuel y Karla en Tonalá, Jalisco
Al aire libre Invierno Blanco 1 profesionales
El 27/12/2015 281 1 0
J&K
27 Dic, 2015
La crónica de nuestra boda
El día 27 de diciembre del 2015 fue el más hermoso de toda mi vida. El despertador sonó a las 07:00 y mi corazón latía desmedidamente por la inmensa emoción que sentía al saber que en unas horas me convertiría en la esposa del mejor hombre que había conocido en toda mi vida. Ese hombre que fue mi primer novio, mi primer amor, y que por azar del destino la vida nos separó hace 8 años, pero hoy estábamos nuevamente juntos en el mismo camino y nos amamos más que nunca. Y esta vez nos convertiríamos en marido y mujer, como siempre lo habíamos deseado.
A las 10:00 me dirigía hacia el salón de belleza y nunca me había sentido tan emocionada y nerviosa al mismo tiempo. En el lugar ya se encontraba mi hermana, y cuando las dos estuvimos arregladas nos ganó el sentimiento y de la emoción rodaron unas cuantas lágrimas por nuestras mejillas, pues desde pequeñas hemos sido siempre inseparables y muy unidas, y el momento de mi boda nos puso sentimentales a ambas.
A las 13:00 nos dirigimos hacia el lugar del evento, pues la ceremonia comenzaría a las 15:00. Yo me pondría mi vestido en el lugar y de paso checaría los últimos detalles, pues deseaba que todo fuera perfecto. Al llegar al lugar quedé sorprendida con lo bello que estaba todo, pues mi pareja se encargó de todos los detalles y ya nada hacía falta.
Seguir leyendo »Había un hermoso arco repleto de flores blancas en la entrada del jardín, al fondo relucían las bellas mesas blancas adornadas con manteles dorados muy brillantes y unos altos centros de mesa de cristal repletos de flores blancas. El pastel blanco con detalles en color oro enmarcaba la bella decoración del lugar. Había toldos blancos rodeados de cascadas de luces navideñas, y del techo colgaban cortinas de escarcha blanca. Todo tenía un hermoso toque de Navidad, y más por las macetas de flores de Noche Buena que rodeaban el jardín. El lugar y la decoración era totalmente perfecta, tal y como siempre lo había imaginado. Me sentía inmensamente feliz.
A las 14:30 me puse el vestido, accesorios y zapatillas, y salí al jardín donde todo estaba armoniosamente decorado. La gente en sus mesas aplaudía, y Yo solo miraba y ponía atención a ese hombre que me esperaba al final del camino, ese hombre que sonreía entusiasmado y feliz con cada paso que yo daba. Llegué a él y tomó mi mano, me senté a su costado y dio comienzo a la ceremonia. Nos dijimos nuestros votos de amor y muchos de los invitados lloraron de emoción por ver lo mucho que nos amamos. Finalmente intercambiamos argollas matrimoniales y nos declararon marido y mujer. Nos besamos tierna y apasionadamente para sellar con un beso de amor nuestra hermosa unión.
Yo me sentía la mujer más feliz y dichosa del mundo, porque por fin era la esposa del hombre a quien tanto había querido, y a pesar de que lo nuestro fue un amor a distancia y aunque muchos no creyeron que resultaría, aquí estábamos él y yo, por fin juntos, en nuestro cuento de hadas, amándonos como pocos lo hacen, y siendo ya esposos para toda la vida.
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