La boda de Jorge Luis y Jessica en Berriozábal, Chiapas
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J&J
18 Feb, 2018La crónica de nuestra boda
La boda civil fue en nuestro jardín decorado con cientos de girasoles por doquier, con flores naturales, rejas de madera y música en vivo ejecutada con un chelo. Fue un desayuno extraordinario, con familiares cercanos y nuestros testigos, terminando el desayuno todos fuimos a decorar la iglesia.
La boda religiosa fue de ensueño, con un hermoso vestido blanco diseñado por la novia, corte princesa, con mangas largas transparentes y cuello corto de tortuga, una espectacular cola de 7 metros que simbolizaban los 7 años de noviazgo, n velo corto decorado a mano con encaje y pequeñas lentejuelas, unas zapatillas blancas altas con tacón dorado porque la decoración era amarilla, 8 fabulosas damas con un hermoso vestido amarillo con ruedo y ramo de margaritas blancas, el ramo de la novia fue natural de alcatraces y margaritas, un recogido sencillo pero romántico en el cabello, y un maquillaje natural con tonos cálidos.
El novio era el hombre más guapo sobre la faz de la tierra, con un decoroso y romántico traje color beige muy claro, una camisa verde, zapatos grisáceos y una linda pajarita beige. Portaba en el pecho unos azares tejidos por su hermosa novia, se veía tan joven y enamorado, era todo cual cuento de hadas, una iglesia pequeña, hermosa en construcción, una ceremonia larga y con mil detalles: 5 damitas de honor que llevaban un hermoso vestidito blanco con aplicaciones de girasoles, los jala cola iban vestidos cual los novios, todo fue hermoso, tal y mejor aún de lo planeado. La música en la iglesia fue totalmente sacra, el Padre Nuestro fue cantado por una amiga de 15 años con una voz realmente angelical. La marcha nupcial fue ejecutada con piano al entrar la novia y cuando el novio y las damas entraron sonaba en los altavoces Canon en d menor de Johann Pachelbel.
Seguir leyendo »El convivio fue en un salón cercano, un delicioso pastel de queso flan, con 4 pisos y estilo torre Eiffel, con luces led que nos hacían imaginar estar en París. La música fue regional cristiana, había marimba y un pequeño teclado. La cena fue la ya tan conocida barbacoa de res y arroz blanco para la mayoría de los invitados. Tuvimos invitados especiales y para ellos también había un menú especial que consistía en pequeños rollos de gluten a la crema de champiñones, tostadas, aguas de horchata y jamaica para los que no querían refrescos de sabor.
El mejor lugar del mundo fue estar ahí, junto al altar con mi ahora esposo, disfrutar las ceremonias, y haber empezado esta historia. Porque donde está tu tesoro ahí también está tu corazón, y mi corazón está contigo.
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