La boda de Jonathan y Lupita en Coyoacán, Ciudad de México

A las 2 pm, por fin empieza conmigo, decide empezar con el peinado y justo a la mitad se va la luz, cómo terminaría de planchar mi cabello ¡no! Por el amor de Dios, no me hagan esto, No en este día.

Todos nerviosos y acelerados a investigar que pasaba con el servicio de luz, mientras tanto comienza a maquillarme, una hora más tarde y aún no teníamos luz. Eran las 3:15 pm y nada, yo estaba sin peinar. Por fortuna mi mamá corre a una casa de enfrente y pide ayuda a los vecinos, quienes con gusto nos recibieron para que terminaran de peinarme.

4pm llama la fotógrafa que ya se encontraba afuera para iniciar con las fotos previas a la ceremonia. Yo con los nervios de punta, tenía 15 min para salir y me encontraba en pijama cruzando la calle y aún me faltaba vestirme, ¡que alguien me ayude! Y en ese instante llega el chofer con el auto clásico que nos llevaría a la iglesia. Para colmo llama una de mis amigas y me dice que hay tráfico para llegar a la iglesia y varias calles cerradas, que salga con tiempo. ¡Help me please!

Entro a la suite y encuentro a mi mamá aún en fachas, mi tío sin traje y todos tan tranquilos como si faltaran horas. No sé ni cómo le hice, sola me puse el vestido, sólo pedí ayuda para que me ataran el listón del corsé y quedara bien ajustado. La chica que me peino, me ayudó pues mi mamá apenas se estaba vistiendo. Me pone el tocado y el velo, y finalmente salí de la habitación. Solo les dije quién esté listo vámonos, el que no se queda. Eran ya las 4:50 pm y mi novio super enojado pues saldríamos juntos.

Por fin llegamos al centro de Coyoacán y efectivamente estaban las calles cerradas y el auto no podía llegar al frente de la iglesia, nos dejó una calle antes a espaldas de la iglesia y tuvimos que caminar.

Las 5:10 y estábamos cruzando el jardín Centenario caminando entre la gente que paseaba esa tarde de sábado. Al vernos, una turista de apariencia oriental, vestidos de novios caminando hacia la iglesia no deja pasar la oportunidad de tomarnos una foto y felicitarnos diciendo: ¡congratulation!! you´re beautiful!

Al llegar a la puerta de la iglesia ya estaban todos los invitados esperándonos y por supuesto el sacerdote, pero faltaba la madrina de anillos.

Entramos, todo el cortejo nupcial e inició la ceremonia, 5:30 y la madrina de anillos aún no llegaba, no sé en qué momento llegó pero justo antes de la bendición de los anillos, arras y lazo, aparece junto a nosotros con el cofre de los anillos en las manos, por un momento creí que tendríamos que pedir unos prestados.

Nunca había disfrutado tanto de una misa, me pareció que duro sólo unos pocos minutos.

No podía faltar al salir mis pequeños pajecitos pisaron 2 veces el velo, sentí el jalón tan fuerte que me despeinaron un poco, pero yo quería mi velo largo, medía 5 metros, pesaba un poco y lo pisan mucho pero vale la pena, se veía fabuloso.

Ya saben al salir te avientan arroz que te entra por todos lados a mi esposo le arrojaron tanto que hasta en la boca le entró.

Afuera de la iglesia decidimos continuar con la sesión de fotos y mi esposo me cumplió un capricho, tomarnos una foto fingiendo que él era globero y me regalaba uno. Quedó fenomenal, detrás la fachada de la iglesia, mi esposo con el inmenso ramillete de globos en mano, dándonos un romántico beso.

La sesión de fotos continuó en unos preciosos jardines de Coyoacán que la fotógrafa conocía, nuestras fotos quedaron como de portada.

Al llegar al jardín que contratamos para hacer la celebración, ya estaban todos los invitados esperándonos y el encargado del lugar nos dice que tiene una mala noticia, mi esposo y yo nos miramos mutuamente como diciéndonos: ahora qué más.

Entregaron el pastel a la hora acordada pero antes de que se retiraran las personas que lo llevaron, el pastel se cayó, la persona con la que contratamos no respondía las llamadas y nadie se hacía responsable.

¡No por favor! ¡Ya no más!

En fin, ya resignados que no tendríamos pastel de bodas ingresamos al jardín para dar inicio con la fiesta.

La entrada fue espectacular, no lo pude evitar por tanta emoción sentía un enorme nudo en la garganta y al ver la mirada de todos sobre nosotros, y los aplausos, fue tan fuerte la emoción que empecé a llorar. El ambiente se sentía lleno de felicidad y los buenos deseos de nuestros familiares y amigos se veían reflejados en sus rostros.

Así dimos inicio a la celebración y a partir de ese momento ya nada nos importó, sólo queríamos disfrutar de la noche y de nuestro momento, con o sin pastel; la comida estuvo deliciosa todos comían disfrutando del menú que cuidadosamente elegimos y justo a la mitad del banquete, veo entrar a dos personas con un pastel de bodas, ¡sorpresa! La señorita se sintió tan mal de lo ocurrido que en menos de 3 horas hicieron de nuevo el pastel y lo entregaron a tiempo antes de terminar de cenar. No era exactamente como lo pedimos pero se le parecía mucho y estaba delicioso. De hecho mi esposo le llamo el ¡frabulloso pastel!

El momento del baile de novios fue muy emotivo y romántico, justo como lo esperaba. Solicité al encargado del jardín que en ese momento encendieran las lamparitas que mi mamá y yo hicimos para el adorno de las mesas y que aventaran burbujas mientras bailáramos.

Nuestra canción fue una sorpresa para todos porque 3 días antes decidimos cambiarla, bailamos I Can’t Falling in Love de Elvis Presley, con nuestros padres y padrinos A Thousand Years de Cristina Perry y Vestida de Blanco de Luis Santiago, jamás olvidaré ese momento. Yo me sentía como si flotara entre nubes.

El ramo que aventé yo lo hice con flores de listón que confeccioné, en colores beige con azul claro. Pelearon por él, hasta las damas ya casadas como mis tías, amigas y mi mamá se aventaron por conseguir el ramo, todas querían llevárselo a casa.

Mi esposo de los nervios no podía quitarme la liga y me bajó una de las medias dejándomela de tobillera. La liga la atrapó uno de los primos de mi esposo que se casará en 4 meses, fraude gritaban, pues había algunos otros solteros que deseaban atraparla.

Rompimos con la tradición de las bodas, no estaremos entre los videos de ¡ay caramba! afortunadamente nadie se cayó, a pesar de que no paraban de bailar pues estuvieron encantados con el grupo Sabrosón que tocan en el Son Cubano, buena decisión al contratarlos.

La noche paso de volada, no podía creer que ya todo había terminado, nadie se quería ir y ya eran las 3am.

Todo fue fabuloso, todos estuvieron contentos y para mí fue en verdad el mejor día de mi vida.

A casi 4 semanas de la boda aún cometan maravillas de ese día y todos siguen entusiasmados y no paran de felicitarnos, muchos dicen que es la mejor boda a la que han asistido.

Al jardín, agradezco profundamente sus atenciones, pues gracias a sus esfuerzos y organización todo salió de maravilla.

El mejor consejo que les puedo dar es que disfruten del día tanto de los contratiempos como de los buenos momentos, todo al final enriquece la historia y le pone emoción, esperen lo inesperado, no se desesperen y sean fuertes, confíen en sí mismas y al final aunque no todo sea perfecto verán que lo más importante es que estén junto a sus parejas reunidos con las personas más importantes de sus vidas celebrando algo tan importante como su boda.

Felicidades a todas las chicas que ya se casaron y a todas que están en camino de hacerlo.

¡Mucha suerte! mis mejores deseos.