La boda de Javier y Aimee en Monterrey, Nuevo León

La crónica de nuestra boda

Mi boda fue la fiesta más increíble de toda mi vida.

Las semanas anteriores, especialmente las previas al evento, fueron de tensión: ¿podríamos pagar todo? ¿Qué más había que contratar? ¿Ahora quien quiere llevar invitado?

Hubo varios momentos en los que nos cuestionamos haber decidido planear la boda en 5 meses, ¿estábamos locos?

Ese día, me sentía nerviosa, el tipo de nervios que es emocionante y que cosquillea por las puntas de tus dedos. Mi novio y yo quedamos de vernos para desayunar antes de que empezara el caos del día, tuvimos un tiempo de oración para poder recordar y agradecer que Dios nos permitió unir nuestras vidas.

Después de un delicioso desayuno, fui a reunirme con mis damas para ponernos hermosas. Llegaron también varias amigas a la habitación y fue un tiempo increíble de ponernos al día y disfrutar el momento.

De los nervios, no podía comer.

Cuando finalmente nos reunimos para las fotos, estaba nerviosa y emocionada. El hombre con quien pasaría el resto de mis días estaba ahí. Él estaba en shock y apenas y podía hablar, pero fue un tiempo donde nuestro fotógrafo nos hizo sentir como rockstars.