La boda de Gustavo y Laura en Uruapan, Michoacán
Elegantes Primavera Rosa 1 profesionales
G&L
30 Abr, 2016La crónica de nuestra boda
Bueno, la organización de mi boda fue todo un estrés gracias a la economía, pero por fortuna todo salió bien. Mi suegro fue que aportó la mayor parte de todo: el salón, el catering, el grupo musical... él se llevó el gasto más grande.
Encontrar un salón fue todo un caos, porque los que nosotros queríamos ya estaban ocupados o no se ajustaban a nuestra necesidad. Aquí ahí un salón hermoso donde en la entrada está un jardín y en lo alto esta el salón, tiene unas escaleras grandes, que son fácil como 40 escalones, y tiene un pequeño laguito bajo de las escaleras. Me hubiera encantado ese salón, pero por cuestión de niños se descartó porque pensé en mis hijos, todo puede suceder y pensé que luego podía salir rodando un niño por las escaleras, ya que el brincolín se pondría en el jardín y mi fiesta tendría a todas las mamás o papás en el jardín y no en el salón, o el brincolín estaría solo, pero de haber sabido que al último no tendríamos brincolín para los niños, pues lo hubiera escogido.
Seguir leyendo »El escoger mi vestido fue un dilema, ya que el primero mi esposo y yo lo encontramos juntos pero yo no quería que él lo viera y lo cambié a espaldas de él. Cuando lo supo se puso como si yo le hubiera hecho la peor traición del mundo, y al fin terminé enseñándoselo. Todo el estrés se fue acumulando en mí, al grado que tuve contracturas en mi cuello y espalda y una rectificación del cuello, pero al final todo salió bien.
Yo quería tener una agenda de bodas, pero nunca la encontré en mi ciudad. Pude haber ido a otros lugares, pero la economía no me lo permitió. Traté de hacer la mía, pero pues no funcionó como yo esperaba, así que la dejé y sólo usé una libreta. Quería ir alas expos de boda, pero por lo mismo no asistí... hubo muchas cosas que quería hacer, pero no tuve la oportunidad, y hubo otras cosas que nunca contemplé agregar y salieron perfectas a la hora de ponerlas. Hubo de todo y disfruté nuestro día especial.
Les contaré mi drama B
Primero que nada, una noche antes de la boda, a mis cuñados y primos se les ocurrió llevarse a mi flamante esposo a una supuesta despedida de soltero. No hubiera sido problema, ni cuenta me hubiera dado, pero como ya tenemos bebés, se suponía que el niño se quedaría con él ya que es hombrecito, y las niñas conmigo, pero a última hora (12 de la noche ) se le ocurre llamarme para llevarme al niño donde estaba yo. ¡No se les pudo ocurrir antes! Bueno, el niño llegó a casa sano y salvo y dormí más tranquila sabiendo que mi bebé de 2 añitos estaba conmigo y no con su papi, que estaba de parranda.
Al día siguiente, muy muy temprano por la mañana (las 5 de la súper madrugada) mi hermanito llegó a levantarme para que fuéramos con mis niñas a ponernos bellas, porque yo ni las luces daba, brillaba por mi ausencia. Dormida nos llevó hasta la casa de una tía de mi esposo donde esta una prima que fue la que me arregló. Se me fue el tiempo volando, ya que la misa era a las 12 del día, y a las 10 de la mañana salí se la casa casi en avión a casa de mi mami. Tenía que cambiar a mis bebés, tenia que arreglarme yo, ¡y también ayudar a mi mami a maquillarse! con casi 5 tazas de café encima daba vueltas esperando que nada se me olvidara ,y mi hermano, a las 11 de la mañana bañándose para entregarme en la iglesia. Con los nervios de punta, mi hija solo gritaba por la casa con cel en mano: “mamá son las 1:30”, “mamá son las 1:45”, “mamá, faltan 5 min” y ése fue el foco rojo, ¡vámonos!
Casi para llegar al templo, mi esposo me llama: “¿dónde estás?, ya sonaron las últimas campanadas” y le contesté muy cruelmente “estoy tomando un vuelo camino a Europa”. Sí, lo sé, fue cruel. Para cuando llegué, todas mis amigas estaban ahí, con sus flamantes vestidos carísimos de París, y parecían otras, hasta mi sacrosanta suegra se veía bella, pero bueno, cuando llegamos el padre nos da la bendición y entramos según como estaba marcada la entrada del cortejo. El padre ya casi empezaba la misa y yo iba a medio pasillo apenas.
Ya cuando por fin llegué me di cuenta de que mi esposo estaba en modo robot. Sí, muy serio y ni se movía, y eso me relajó. Por fin, cuando llegó el momento de decir los votos, el padre nos acercó el libro, pero como novia tenía todo fríamente calculado, y dije lo que tenía planeado.
Claro, para mi sorpresa me di cuenta de que el padre ya le estaba diciendo a mi esposo que no se preocupara que podía escoger de las mucha chicas que estaban ahí si yo no llegaba, pero bueno se que lo dijo para calmar la situación. Cuando nos entregamos los anillos, nos equivocamos: él me puso el suyo y cuando yo quería ponerle el suyo, pues claro, no le quedaba. Muy disimuladamente lo cambié de mi dedo y se lo puse, y por fin nos casamos.
A la hora de las fotos todo mundo se apuntó, pero cuando me quise tomar una foto con mis hijos, resulta que le dieron bombones a mi bebé para calmarlo en la iglesia, ¡y que regresa todo! y pues ¡nada de bebé en las fotos! ¡tan guapo que se veía! estaba apunto del colapso, pero mi cuñado lo estaba cuidando y muy calmadamente el tío gallina sacó a su sobrino pollito y lo calmó.
Ya para salir del templo estaba segura de que me esperaba un caos. Le di indicaciones a mi esposo de que a la hora de que cayera el arroz me tapara con el velo, y él también, para no llenarnos, pero claro, solo se tapó él y antes de que pudiera cerrar los ojos ya tenia encima casi dos kilos de arroz, ¡hasta en los oídos! pero bueno, todo mundo me acechaba.
Estaba a punto del colapso: que los niños, que la playera para el bebé, que dónde esta el salón, que el ramo, que esto. Mi suegra no dejaba de decirme que su maquillaje era del bueno y que si no tenía envidia, y yo como que “claro, yo soy la novia y nadie es más bonita que yo”.
Cuando estaba a punto de colapsar, un tirante de mi vestido se descosió. Mataría a alguien, pero bueno, ya de camino a casa (porque se supone que yo llegaría a las 3 de la tarde al salón) todo se calmó, respiré y el momento del nervio pasó. Me quité las zapatillas y las cambié por mis inseparables tenis. La liga me lastimaba porque tenia aplicaciones de piedras y me rozaba. Mi mamá cosió mi tirante, me saqué los dos kilos de arroz, no me separé del teléfono, ya que todo el mundo me llamaba para saber como llegar al salón. Entonces, ¿para que creen que era el croquis? Bueno, cuando faltaban 10 para las 3, salimos de casa de mi mamá para dirigirnos al salón. Con cara de gato con botas tuve que convencer a mi mamá porque pensaba presentarse alas 5 de la tarde al salón, justo cuando era el vals y pues no.
Para entrar al salón lo veía solo, solo, solo. Pero si es cierto, me dijo mi madrina de anillo que yo había llegado temprano, que me regresara, y si, eso fue, por que en cuestión de 30 min se llenó. Cuando llegué quería tomar una cuba, y resulta que el mesero me informa que mi suegro no les entregaba el vino aún. Como no quería saber nada ya, mandé a su flamante hijo a que lo viera y me dieran una por favor. Tuve problemas con los meseros por el pastel, ya que eran 2 y una de las meseras casi daba de a medio kilo por persona ¡y pues no!, tenía que repartir un pastel para la familia de mi esposo a pedazo grande, a la mía, y a mis padrinos de velación. Por suerte, la madrina de pastel se encargó, le dije que no quería saber nada y que ella se encargara. ¡Esperen, esperen! aún hay mas todavía.
El vals pasó como debía y todo, pero a la hora de la víbora, resulta que la silla se resbalaba ¡y corría el riesgo de caerme! pues ¿que creen? ¡que me caí en la víbora de los hombres! un amigo muy alto era el que los llevaba, y parecía que recibiría herencia, pues pasó alrededor de mi hermano, que fue quien me agarró y a la hora de dar la vuelta lo empujan, y mi hermano los avienta y se resbala, ¡y adiós a la novia! ¡solo sentí como mi cráneo se estrelló en el piso! ¡Dios, qué golpe! me dolió la cabeza mucho, y pues nada, todo lo demás resulto súper bien.
Todos quedaron encantados con el sonido y el grupo musical, y como fue día del niño, ¡no podía faltar!, hubo payaso para los niños, libros de colorear, nieve, hamburguesas, y no recuerdo que más. Mis amigas se tomaron miles de fotos, y para sorpresa, hubo baile de viejitos tradicional de Michoacán. La danza de los viejitos, claro, no es tradición de las bodas, pero bueno, nos cayeron como anillo al dedo. La fiesta, que terminaría a las 10, se acabó a las 12 y siguió hasta las 2 en casa de una tía. Bueno para mi ya no, no pude más y le dije a mi esposo que saliéramos de ahí, ¡y adiós a todos! ¡Desaparecimos!
Agradezco a esa tía, que como menciono que fue la que se llevo la paliza de organizar todo conmigo. Ella me dio el ramo, los dos pasteles, el árbol los recuerdos, el arreglo y embellecimiento a mi persona, me cuidó a mis niños para poder escapar en la noche de bodas, mantuvo al margen a todo aquel que pudiera ser un caos en mi boda, y hizo las paces entre familias, ya que no se podían ni ver. La quiero y la adoro, ¡y gracias a ella todo salio bien!
Bueno chicas, mi drama B tuvo de todo, pero como en todas las bodas, me divertí a más no poder. Aún no tengo las fotos del fotógrafo, pero aquí están unas de nuestros amigos y familia.
Otros Proveedores
Otras bodas en Michoacán
Ver todas
Inspírate con estas bodas
1 comentario
Deja tu comentario