La boda de Gerardo y Yesica en Guadalajara, Jalisco
De noche Primavera Rosa 6 profesionales
G&Y
01 Abr, 2017La crónica de nuestra boda
Jamás fui de la clase de chicas que sueña toda su vida con casarse, sin embargo, el día que mi esposo me propuso matrimonio todo eso cambió, estaba segura de que era con él con quien quería pasar el resto de mi vida, de lo que no estaba segura era de querer una gran boda, sin embargo, como ya dije, cuando comencé a meterme en este mundo cambié completamente de opinión. Me convertí en una experta en bodas, leí mucho sobre el tema, llene de páginas de boda mis redes sociales, fui a expos, a eventos de novias, visité proveedores, y cuide cada uno de los detalles para el gran día, la idea de una boda pequeña desapareció y mi esposo estuvo de acuerdo, de hecho, le emocionó mucho saber lo entusiasmada que yo estaba con todo, aunque por momentos lo volvía loco con tantos detalles.
Y es que soy una persona muy detallista, con mucha imaginación y sobre todo muy perfeccionista, así es de que quería tener el control de todo, pero acepté ayuda, tuve un wedding planner, sin embargo, al final la visión completa fue mía, mi esposo se dedicó a pagar y decir “sí eso te hace feliz, a mí también”, jamás me limitó, ¡el sueño de cualquier chica! Y lo mejor de todo es que cuando perdía la calma, siempre estaba a mi lado para tranquilizarme, apoyarme y decirme “no olvides que lo importante de esta boda es que a final estaremos juntos”, sin duda es verdad que planear una boda es una gran prueba para cada pareja a unos (afortunados como nosotros) los une más, y a otros no tanto.
Seguir leyendo »Sin embargo, algo que me facilito mucho las cosas era que en mi cabeza sabía exactamente lo que quería, sólo tuve que buscarlo y cuando lo encontraba no dudaba en conseguirlo, por ejemplo, elegí el primer vestido de novia del que me enamoré (a pesar de que me medí algunos otros después), porque sabía que lo quería y que era perfecto para mí, y así paso con la decoración, el salón, el pastel, la comida, los detalles, la música, etc.
Uno de mis principales objetivos fue hacer sentir especiales a todos aquellos que fueran parte del gran día, hice detalles para los padrinos cuando les pedimos su participación, así como varios detalles a mis amigas para que fueran mis damas. Todo lo llevaba en tiempos, me asegure de no brincarme ningún paso, de aprovechar cada etapa de la planeación, sin duda lo disfrute al máximo, ¡solo tenía un año para ser “bride to be…” ¡y me lo tomé muy en serio! Incluso tuvimos una fiesta para la boda al civil y no pudo faltar la despedida de solteros que ambos tuvimos (por separado) en la playa. Tan en serio me lo tomé todo que incluso pensé en dedicarme a la organización de bodas.
Me falta espacio para escribir todo lo que pase ese día, pero puedo decir honestamente que lo único que no me gusto del día de nuestra boda fue ¡que duro muy poco! Todo fue hermoso y maravilloso, a pesar de que no muchas cosas salieron como lo esperaba iba con la mentalidad de pasarla excelente, siempre había escuchado de otras novias decir cosas como “nada sale como lo planeas” así es de que decidí disfrutar de todo, saliera como saliera y así fue, para mí todo salió perfecto y no hubo momentos malos.
En realidad, fue mágico, todo comenzó muy temprano, incluso podría decir que desde un día antes, ya que me hospedé en un hermoso hotel con mi dama de honor (y prima) para pasar la noche y comenzar a arreglarnos juntas y con todas las demás damas por la mañana, después con mi esposo tuvimos una maravillosa sesión de fotos con un conmovedor “firts look”, seguida de una linda misa en el templo más hermoso de la ciudad (según nuestro punto de vista), y en la recepción ni se diga, todos los invitados disfrutaron de un coctel de bienvenida en el jardín con la música de saxofón en vivo de fondo, les encantaron los detalles, las letras gigantes con nuestros nombres, y con todas las luces y los colores pastel yo sentía que estaba en un cuento de hadas, iba de un lado a otro con mi vestido estilo princesa que ayudaba mucho a sentirme como una, todos amaron los juegos artificiales (pero no tanto como nosotros pues era lo que más deseábamos tener en nuestro día), después en el salón, decorado con mil flores, telas y a la luz de las velas solo se respiraba amor, no comí mucho (por la emoción del día) pero lo poco que provee me encantó, al igual que a todos como me enteré después, baile con mi esposo “nuestra canción” la cual siempre me ha recordado a él y mientras lo hacíamos el mundo desapareció, bailamos mucho en la fiesta, a pensar de que no somos de las que bailan pero ¡era nuestra boda!
Aún guardo cada recuerdo en mi mente, cada momento, y lo que jamás olvidaré es la cara de mi esposo cuando iba hacia él en el altar, por él, por mí, por nosotros, por nuestro amor, hicimos todo esto y no cambiaríamos nada, sin duda el mejor día de nuestra vida hasta ahora, y bueno después y para cerrar con broche de oro nos fuimos de la luna de miel, lo cual fue ¡inolvidable! Al final sólo puedo decir, que con amor todo es mejor, casarse es una de las experiencias más maravillosas de la vida y no creo que nadie deba perdérsela, todos merecen encontrar al amor de su vida y unirse a él/ella para siempre. Estamos muy agradecidos de haber podido vivir esta experiencia al lado de todos a los que queremos, pero sobre todo estamos muy agradecidos con Dios por nuestro amor.
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