La boda de Gerardo y Ada Conchita en Mazatlán, Sinaloa

La crónica de nuestra boda

Una noche antes parecía que llovería y por la mañana escuché los truenos, no sólo llovió, granizó Lo que nunca en Mazatlán. Aún así confiaba en que las cosas se darían, me fui a maquillar y me llaman para decirme que viera la posibilidad de cambiar la fiesta al salón y no al jardín, ¡me moría! Pero gracias a Dios el clima se prestó y el sol salió, radiante y fuerte como nunca.

Camino a la misa no podía respirar, sentía que en cualquier momento rompería en llanto, pero me contuve. Llegamos a la iglesia y ver a mis familiares y amigos me ponía nerviosa, ya quería que todo eso pasara. Rumbo al altar parecía que yo llevaba a mi papá en lugar de él a mí. Estaba ansiosa y lista para dar el paso.

La misa corrió sin problemas, escuchamos atentos las palabras tan emotivas del padre así como sus consejos. Todo en la iglesia fluyó, me puse un poco de nervios al decir las palabras, pero estaba segura de lo que estaba haciendo.

Salimos de la iglesia rumbo al banquete, llegamos al hotel donde sería el banquete y toda la gente del loby felicitándonos al cruzar al área del jardín cuál fue mi sorpresa, ¡Todo estaba hermoso! Todo el color que quería, todo lo que había querido para ese día especial junto, Gerardo estaba feliz y yo también, verlo feliz y deslumbrado por todo lo que él no sabía que había preparado para ese día fue lo mejor.