La boda de Fernando y Amanda en Monterrey, Nuevo León
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28 Oct, 2017La crónica de nuestra boda
Nos casamos un sábado 28 de octubre, un año después de que me diera el anillo y un año un mes de separar el salón.
Ese día no era ninguna fecha especial, la hicimos especial, sólo procuramos que no estuviera cerca de algún cumpleaños familiar o aniversario de nuestros padres, fue al azar, yo quería casarme antes de que acabara el año y a él le agradó la fecha.
Decidimos casarnos por todas las leyes el mismo día, ese 28 de octubre del 2017 me comenzaron a arreglar a las 10 de la mañana, tenía mi cita con mi prometido a las 3 de la tarde.
Estuve relajada, pensé que me la pasaría llorando, ya había advertido a todo el mundo, pero no fue así, en cambio él sí.
Me peinaron y maquillaron en la estética que contraté, y mi mamá me puso el vestido en la habitación del hotel donde fue la boda (Hotel Krystal). No lo esperábamos, pero era una habitación enorme y preciosa, ahí tomaron algunas fotos con mi vestido.
El hotel tiene unas grandes escaleras por las que yo bajé para el encuentro con mi novio, él estaba de espalda y yo llegué a ponerle mi mano derecha sobre su hombre, lo sentí temblar, el fotógrafo (un gran amigo nuestro y ex compañero de trabajo lloró y el señor que tomó el video también), él se volteó y sus lágrimas cayeron, me abrazó y la gente de la recepción de hotel y huéspedes aplaudieron, fue como de película, no supe de dónde salió tanta gente, él me dejó de abrazar y me dio una vuelta para verme bien.
Seguir leyendo »La sesión de fotos fue en el Obispado, en ningún momento comimos, ni me acordé. La misa fue a las 5 de la tarde en La Purísima.
Hay un momento en la misa antes de decir las promesas que el padre dice unas palabras y une sus manos, es antes de los anillos y el lazo, nos tomó de sorpresa que el padre nos dejó sólo a nosotros después de esas palabras, que ya estábamos casados ante Dios, fue un momento muy íntimo, nadie escuchó sabía, sólo él y yo.
Luego fueron las promesas, los anillos y el lazo, el padrino de lazo (mi cuñado) nos dijo al ponerlo 'ahora no se pueden separar', fue un gesto espontáneo y bonito.
Al salir nos tomamos fotos con todos los invitados, sin prisas, luego el civil era a las 7 pm, ahí él estaba muy tranquilo, pero yo temblaba un poquito. Nos dio felicidad ver que los testigos (los cuatro amigos nuestros) se paraban con bastante orgullo a firmar.
La fiesta era a las 8:30 de la noche, hicimos la entrada con todos los invitados ya acomodados, entramos con Bruno Mars con "Marry You", dimos la vuelta, nos paramos al centro y bailamos Frank Sinatra con "Can't take my Eyes off of you", la ensayamos, algunas tres veces, queríamos que fuera un momento más bien espontáneo, luego bailamos con mis papás Christina Perri con "A Thousand Years" y con sus papás Pesado con "Mi Primer Amor".
Al bailar mi papá estaba muy sonriente y casi llorando, muy raro en él porque no es muy expresivo, cabe decir que soy su hija mayor y yo tengo 22 años y mi esposo 26 (en ese momento).
Bailamos, reímos, nos tomamos un millón y medio de fotos sin negar ninguna, porque ese momento no se va a repetir, platicamos con quien pudimos, cenamos y no paramos la fiesta hasta las 8 de la mañana, teniendo un vuelo a Cancún a las 2:50 p.m. pero no nos arrepentimos de nada.
Todo salió como lo esperábamos, a nuestro gusto, sin intromisiones, sólo de nosotros.
Espero que les haya gustado mi crónica, que no haya sido aburrida o muy larga, en los comentarios les platico más detalles si preguntan.
Les deseo una boda de cuento de hadas como sentí que fue la mía.
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