La boda de Ernesto y Alejandra en Ecatepec, Estado México

Llegó mi fotógrafo y comenzó a fotografiar los accesorios, vestido, liga, anillo, ramo, bueno todo. Y después la bendición con mis papás, ahí solté unas lagrimitas, es inevitable.

Terminamos las fotos y nos fuimos a la iglesia para llegar una hora antes y poder tomarnos más fotos, el First Look y las fotos oficiales, yo ahí seguía super tranquila sin nervios incluso cuando nos vimos en el first look fue todo muy tranquilo, lindo y emotivo pero sirvió para estar más relajados mi novio y yo, de ahí recorrimos todos los rincones de la iglesia para nuestras fotos oficiales, al grado que entramos en lugares donde yo sentía como mis zapatos se hundían en la tierra, pero no me estresé porque me dije a mi misma: "Ya disfruta todo porque no lo vas a vivir otra vez y los zapatos ahorita se limpian, ya tranquila".

Y pues así fue me relajé y seguimos con las fotos, pasó el tiempo y eran 6:50pm ya casi era la misa, llega mi papá a donde estaba y me dice "Ya vente, ya están todos los invitados y el padre, te están esperando".

En ese momento fue cuando sentí todos los nervios del mundo, me dolía el estómago y mi corazón se me iba a salir, caminé a la entrada de la iglesia, el padre nos formó y comenzamos a entrar, la iglesia estaba hermosa y con la luz del atardecer que entraba por sus cristales se veía mucho mejor, mi novio ya estaba adentro y cuando me vio entrar con mis papás y la marcha nupcial de fondo se le salieron sus lágrimas. Y obvio a mí también al verlo. No podía creer que estuviera viviendo lo que siempre soñé, estar en esa iglesia que me gusta mucho con el amor de mi vida, algo bueno fue que el padre que nos tocó era relajado y divertido y eso hizo que nos sintiéramos ya sin nervios y disfrutamos mucho la misa.

Enseguida nos fuimos al salón que está super cerca de la iglesia porque era la ceremonia civil luego luego, ahí me estresé un poco porque los meseros acomodaron mal las mesas y se hizo un pequeño relajo con mis invitados y nos estaba retrasando todo el itinerario pero se pudo solucionar rápido y ya fuimos a la ceremonia del civil, en ese momento ya estábamos mi novio y yo super relajados ambos pensábamos lo mismo "Hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para organizar la fiesta lo mejor que pudimos, ya ahorita solo nos queda disfrutar porque no podemos hacer ya más". Y así fue, nos dedicamos a disfrutar todo y gracias a Dios salió como lo habíamos planeado, no hubo inconvenientes que no se pudieran arreglar. Bailamos, reímos, lloramos, hubo de todo pero nos la pasamos increíble y nuestros invitados también (al menos eso nos dijeron la mayoría) ¡Definitivamente volvería a vivir ese día mil veces más! Espero no haberlas mareado con tanto rollo. Les dejo unas fotos de ese día para que comprendan mi emoción y solo me queda decirles a las próximas novias que disfruten absolutamente todo tanto lo bueno como lo malo de la planeación e incluso de su gran día porque todo se pasa super super rápido y solo se vive una vez, dejen que las cosas fluyan y van a ver que todo se acomoda. ¡Lindo día!