La boda de Enrique y Dano en Saltillo, Coahuila
Rústicas Invierno Dorado 0 profesionales
El 06/02/2016 508 10 15
E&D
06 Feb, 2016
La crónica de nuestra boda
Una boda gay no tiene nada de especial, salvo que no hay vestido de novia y ramo, por lo demás ni siquiera debería especificar que es algo homosexual; desde semanas antes amigos y familia esperaba con ansia y dudas la fecha indicada.
La austeridad no fue tacañería, desde el inicio fabricamos desde los distintivos, las invitaciones y hasta los ramos de flores, de esta experiencia el apoyo incondicional de los invitados vino acompañado de preparar cada detalle. El anillo de compromiso se había extraviado en un inicio pero había tanto trabajo que no dio tiempo a buscarlo.
Las parejas del mismo sexo reciben un trato humano y digno en el estado de Coahuila, tanto por parte de la oficialía hasta los comercios. Elegimos el lugar para la ceremonia porque guardó cierto amor por Italia, la Terrazza Romana nos apartó su sótano, pequeño y perfecto para los 30 invitados, amigos sinceros y familia dispuesta a viajar para presenciar nuestro momento.
El día llegó, sacamos los trajes de las bolsas que adquirimos en Liverpool, donde nos trataron de maravilla al apertura la mesa de regalos; el vestido de mi suegra era grande y tuve que zurcirlo de emergencia, recordaba como papá me había enseñado a coser rápidamente y eso hice, llegaron todos a casa, los nervios de punta, salimos en caravana por la carretera, mi novio se quedó a esperar a sus padres.
Seguir leyendo »El sótano del restaurante era hermoso, el juez llegó, las personas comenzaron a beber, los ánimos se tensaron, al menos los míos, el novio había llegado. Amigos inesperados llegaron aun pidiendo ride en la carretera, todos tenían lugar en la mesa y al cruzar la puerta todos aplaudieron al otro novio. Lo tomé del brazo y lo llevé al baño, un rebaño de cabras en la carretera lo había retrasado, le puse su corbata y procedimos.
El juez comenzó la ceremonia, algunas lágrimas de felicidad escurrieron, yo deseaba llorar más me contuve, y al pedir los anillos revelamos un secreto a mi novio: sus amigos robaron el anillo de compromiso para hacer nuestras argollas. Daniel no lo sabía, nos colocamos las argollas siguiendo las palabras del juez y un beso selló el contrato.
Palabras de nuestros amigos y de nuestros padres conmovieron a todos, mamá lloró y de estar vivo, papá también lo habría hecho, entonces todos nos abrazamos y celebramos el amor.
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