La boda de Emilio y Karla en Xochimilco, Ciudad de México

Me maquillaron y escuché que había llegado mi prometido para arreglarse también, nos apresuramos porque íbamos algo retrasados. El fotógrafo comenzó a sacar fotitos y cuando menos vi... ¡ya estaba a 1 hora de que comenzara la ceremonia! ¿Qué? ¿En qué momento se fue el tiempo? Mi hermana me dio un yogurt para tener algo en el estómago, mi prometido y yo pensamos que pocas personas asistirían a la ceremonia (y para nada fue así), sentí super bonito al bajar y ver que había hasta invitados de pie de tanto que se llenó la ceremonia religiosa. Camino al altar... pensaba mil cosas, no me la creía me sentía con el corazón a punto de salir, una vez que comenzó la ceremonia ya todo fue fluyendo... ya me sentí mucho más feliz y tranquila pero las palabras de los invitados indudablemente me hicieron llorar bastante (soy mega chillona).

Pequeño detalle... comenzó a llover, por lo tanto tuvimos que retrasar la sesión de fotos ya que era al aire libre. Comenzó la ceremonia civil y todo mega rápido, una vez que terminó me sentí super tranquila, ¡lista para divertirme! Entramos a la recepción y todos los preparativos para que comenzara la cena iban perfectos, cuando el fotógrafo se acerca y me comenta que era ahora o nunca la toma de sesión formal, mi prometido y yo corriendo por todo el salón, saludando gente y no nos dejan escaparnos a las fotos… ¡uf! 40 min. Con la sesión formal, nos perdimos la cena ja, ja, ja… pero creemos que valió la pena. Corrimos de regreso y todo comenzó a pasar muy rápido. Es hermoso como toda la gente quiere expresarte su cariño ese gran día, pero estábamos vueltos locos mi prometido y yo corriendo de un lado a otro, solo nos gritamos a lo lejos... "Esposa… aquí estoy”,”sí, ya te vi esposo, acá ando" ja, ja, ja, ja.

Corre, corre, cena rápido, baila, liga, ramo, brindis... hubo un momento un poquito amargo, un proveedor nos dejó plantados, pero no pasó nada, afortunadamente el salón que contratamos simplemente fue perfecto y nos resolvieron en todo momento. Acá es en donde me di cuenta lo indispensable que es que contrates un buen lugar, puede hacer una gran diferencia a que la pases muy bien o muy mal, simplemente quedamos encantados con todo el servicio.

Bueno, ¡pero a seguir bailando! Pues no mucho porque a las 12 justo, cual cenicienta, teníamos que terminar la fiesta ¡ya que nos íbamos de luna de miel esa misma noche! Así como lo leen, ja, ja, ja. Corrimos a cambiarnos y a terminar la fiesta, despedir invitados y correr por las maletas y al aeropuerto, nuestro vuelo salía 3 am ¡Nos fuimos a Punta Cana!

Sinceramente sentimos que el día pasó volando, solo puedo decir que lo disfrutamos en todo momento, con sus momentos positivos y negativos en ningún momento dejamos de sentirnos felices. No pude elegir mejor compañero de vida, la luna de miel fue hermosa, completamente a nuestra manera, creo que eso es lo que debe hacer toda novia, todo novio.

¡Elijan las cosas a su gusto a su manera, solo te casas una vez en la vida con el amor de tu vida! Y no saben que hermoso es tener esa satisfacción que el momento fue perfecto por que fueron cosas que ambos eligieron, a su manera, a su estilo, a sus posibilidades, ya a un año sigo recordando cada momento, cada tropiezo y no cambiaría nada.