La boda de Elí y Alejandra en Tlaquepaque, Jalisco

La crónica de nuestra boda

¡Fue inolvidable! El día comenzó muy temprano, pero la hora llegó muy rápido.

En la ceremonia religiosa el padre, quien es un amigo de la familia, hizo una ceremonia muy hermosa y divertida, todos nuestros invitados salieron encantados. Al primer beso fuera de la iglesia cayó la primera gota de lluvia, y sí, al llegar a la hacienda la lluvia hizo de las suyas. Mi esposo y yo estábamos esperando en una habitación para hacer nuestra entrada y la lluvia no paraba, la organizadora y encargada del lugar no hacía nada, no están preparados para prevenir ese tipo de cosas y nos dijo que solo teníamos que esperar a que la lluvia parara. Por suerte un primo, quien ha manejado muchos eventos, pudo resolver las cosas después de la lluvia y todo mejoró. El frío aumentó, la tela de las pérgolas se tuvo que quitar, pero el cielo se llenó de estrellas y la noche se tornó muy romántica. A pesar de que ese día llovió el evento estuvo muy bonito, mis invitados nos recibieron con bengalas, después vino el momento del vals lleno de pirotecnia y sorpresas, un vals diferente a los demás que a todos encantó. Mi primo (Rubén Guzmán de Piixel) fue quien montó la coreografía y hasta el día de hoy no me canso de ver mi baile. Después del protocolo llegó el momento de abrir la pista de baile, fue una sorpresa pues un show de bailarines fue quien se encargó de ello y a todos nos encantó, al faltar 2 horas para terminar nuestro evento la banda llegó y lo demás es historia. A pesar del clima y de los imprevistos todo fue inolvidable.