La boda de Eduardo y Teresa en Texcoco, Estado México

La crónica de nuestra boda

Me gustaría empezar platicándoles que fue difícil llegar hasta aquí, llevaba ya 9 años de novia y justo cuando decidimos casarnos se vino una racha de mala suerte y de pérdidas importantes, mi abuelita (madrina de arras, ya que nos dio las de su matrimonio hace 70 años) y su abuelito (padrino de lazo). Enfermamos grave de salud los 2 y sin decir de la pandemia que inundó muchas veces nuestra cabeza de miedo y trajo a la familia una desestabilidad económica que nunca antes habíamos pasado.

Mi boda fue pospuesta 2 veces y temiendo fuera una 3a. Pero gracias a dios lo logramos. He leído en bastantes grupos las diferencias que surgen en el proceso y en el que la novia se siente la protagonista (lo es), pero saben en mi caso fue diferente. Involucré a mi familia (papás, hermanos, cuñados y suegros) en el proceso en la búsqueda de mi vestido y el traje de mi esposo, la comida el pastel, los recuerdos y todos esos (pendientes o estrés que genera en muchas). Para mí fue mágico y lo digo de verdad, tener a mi mami todo el tiempo fue una bendición. Ella hizo mi liga, mis copas, recuerdos (rosarios de chapa de oro) pff... Y ella amaba compartirlo conmigo.