La boda de Edgar y Esteffani en El Marqués, Querétaro

Terminando la misa, tomamos algunas fotos con familiares y ya como esposos nos dirigimos al salón y, por cierto, todo se veía hermoso. La decoración tal cual la pedí: los centros de mesa eran unos arreglos florales alargados super coloridos, las letras gigantes de nuestras iniciales, el arco de flores, la decoración en la jupa, los foquitos adornando la carpa, la mesita de honor donde puse la foto de mi papá y abuelos, todo estaba hermoso tal y como lo planeamos.

Al llegar al salón (3:00 p. m.) teníamos programada la ceremonia judía, y fue una ceremonia hermosa. Cuando iba caminando por el pasillo para llegar a la jupa acompañada de las mujeres invitadas sentí tan bonito. Sentí tanto amor que no tenía nada de nervios. Lo mejor fue cuando mi esposo pisó la copa y todos gritaron ¡Mazal Tov!

Una vez terminada la ceremonia tomamos más fotos, en lo que los invitados tomaban su lugar en las mesas. Esperamos que comenzara a sonar "Finally found you" de Enrique Iglesias para entrar al área del banquete y todos nos estaban aplaudiendo y se veían muy contentos. Fue cuando caí en cuenta que estaban ahí por nosotros, para celebrar nuestro amor, nuestra unión y es un momento que atesoraré toda la vida.

La comida estuvo riquísima. Como menú, elegimos espadas brasileñas de varios cortes de carne y una barra de ensaladas y pasta. De beber ofrecimos agua de jamaica, refrescos, tequila y whiskey. Como postre el pastel y café para acompañar.

Después de comer, los papás de mi esposo hicieron el brindis, partimos el pastel que también estaba hermoso y un sabor riquísimo. Era pan de zanahoria con betún de queso crema decorado con flores naturales y unos dinosaurios.

Y entonces el momento más esperado llegó, el vals. Comenzó a sonar "Everything I do" de Bryan Adams y en ese momento solo éramos mi esposo y yo bailando nuestra canción. Por motivos de Covid, solo bailamos con los papás de mi esposo y con mi mamá y hermana. Cuando llamaron a mi mamá y hermana se me hizo un nudo en la garganta y solté unas lágrimas pues mi papá falleció y no lo tuve conmigo ese día tan importante. Sin embargo, sé que estuvo presente en la luna tan hermosa que ese día nos regaló. Al finalizar el vals, empezó el bailongo y los invitados se pararon a bailar.

Durante la fiesta repartimos cilindros para sus bebidas, también dimos macetitas con suculentas como recuerditos. Al momento de lanzar el ramo repartimos velitos para las mujeres y en la liga repartimos mandiles a los hombres. Hicimos la víbora de la mar y quedé volando en algún momento, no me pregunten cómo porque no estoy segura como pasó, pero mis pies volaban y la silla quedó lejos de mí.

En cuanto a expectativas que teníamos de nuestra boda, nos sentíamos con un poco de temor e inseguridad ya que tuvimos que reducir el número de invitados a un poco menos de la mitad. Hubo algunos invitados que nos cancelaron porque no se sentían seguros (y es comprensible). Creíamos que los que sí asistirían, no iban a querer bailar ni tomar, y que en general iban a estar un poco cohibidos por la situación del Covid. Afortunadamente los invitados que nos acompañaron traían la fiesta por dentro y en todo momento hubo personas bailando. Incluso ya entrados en la fiesta y el baile, los invitados olvidaron su cubrebocas. Pero todo gracias a Dios salió bien y no hubo contagios ni enfermos, cosa que también nos causaba inquietud.

Sin duda fue una boda diferente, muy esperada y aún así cumplió y superó nuestras expectativas. Al finalizar la fiesta todos nos decían lo bien que la pasaron, lo rico que estuvo la comida y el pastel, lo bonita pareja que hacemos. Nos llenaron de besos y abrazos, nos decían palabras muy bonitas y me sentí tan plena, tan llena de amor que no me queda más que agradecer a nuestras familias por acompañarnos en un día tan importante para nosotros y llenarnos con todo ese amor.